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Reseña: EL SEÑOR DE LAS MOSCAS de William Golding

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS de William Golding

«Jack levantó la cabeza del animal y clavó la blanda garganta en la punta afilada del palo, que surgió por la boca del jabalí. Se apartó un poco y contempó la cabeza, allí clavada, con un hilo de sangre que se deslizaba por la estaca».

Las novelas de William Golding, inquietantes fábulas morales, exponen a los protagonistas a situaciones de aislamiento extremo, tanto físico como psicológico y espiritual; así se encontrarán con los instintos más recónditos y oscuros y, como en El Señor de las Moscas, con las leyes primordiales de la existencia y la convivencia, no pocas veces sustentadas en la aniquilación del contrario.

Destaca Golding por su examen profundo del comportamiento de personajes que ya no obedecen a las convenciones de la civilización y cuya conducta los lleva a un conflicto entre fuerzas que podríamos definir como del mal y del bien. Ese enfrentamiento turbulento y despiadado da lugar, inevitablemente, a una inquietud metafísica, a una desazón angustiante. En su arte narrativo, diálogos, descripciones y presunción de pensamientos dan forma a un espacio en el que el lector se siente contenido y, no pocas veces, oculto, mas no como espectador sino como partícipe involuntario.

El Señor de las Moscas, una alegoría aterradora, es su obra maestra. Las ilustraciones del virtuoso artista argentino Jorge González transitan desde el bucolismo dictado por la naturaleza a la pavorosa incertidumbre a que da lugar la inocencia.

¿Qué convierte a una aparentemente sencilla novela de situación en un clásico atemporal?

Es tanta la variedad de razones que la respuesta resulta casi impensable. Bueno... al menos estoy seguro que la acumulación de premios y/o galardones no tiene nada que ver con el reconocimiento de la obra, o al menos un reconocimiento que dure décadas o incluso siglos. ¿Cuántas obras de géneros variados que han ganado cinco, siete o diez premios hay hoy en día están descatalogados en librerías y ya nadie habla de ellas? Muchísimas. Así que no, es otra cosa la que convierte un simple libro en una idea, un pensamiento recurrente, un mensaje reivindicativo o un trabajo de instituto para nota. O igual es que las cosas no funcionan así, que realmente no se espera que el lector capte un mensaje con distintas interpretaciones para que se termina deformando o al menos terjiversando su significado, no... igual es que esa idea aguarda, paciente, dispuesta a infectar una historia aparentemente inocente o guiada por otros derroteros con un mensaje tan obvio a la vez de esquivo que es imposible pasar por alto.

Y resultan curiosas las elecciones que a veces toman estos textos reivindicativos, estas palabras a veces revolucionarias, a la hora de elegir géneros. Fábulas de animales como REBELIÓN EN LA GRANJA o relatos de ciencia ficción distópica como 1984, ambas de George Orwell son claros ejemplos entre incontables de cómo un objeto que en apariencia existe para entretener como es una novela termina convirtiéndose en un megáfono a todo volumen, emitiendo propaganda a veces profética con la intrigante habilidad de ver con más claridad que muchos estadistas del futuro. No en cifras ni hechos históricos, sino en la moral humana, la ética y la capacidad de éste de adaptarse a unas necesidades o responsabilidades. Una idea que William Golding reflejó de la misma manera en EL SEÑOR DE LAS MOSCAS.

El problema a día de hoy de que un lector actual quiera analizar una obra como esta, es que lo hace condicionado por su etiqueta y por consiguiente con cierto miedo a lo que los que se creen más puritanos se le echen encima al grito de "hereje", "blasfemo", "inculto" y demás lindezas. No, no por ello estoy diciendo que os vayáis preparando para un amplio catalogo de descalificaciones y criticas destructivas hacia la obra del premio Nobel. Muy al contrario, reconozco que estamos ante un gran libro, pero si hay algo que me condicionó a la compra, lectura y opinión de la novela no ha sido la popularidad del título, sino el brillante trabajo de edición que la editorial Zorro Rojo ha hecho con este tomo. No es fácil dejar pasar un título tan potente encuadernado en tapa dura de gran formato con ilustraciones interiores realizadas por el argentino Jorge González.  Una muestra más de que estamos ante una editorial que ve en un libro no solo un puñado de hojas encuadernadas, sino una obra de arte.


Cada vez que oía mencionar EL SEÑOR DE LAS MOSCAS en cualquier medio no podía (ni puedo ahora) evitar recordar cierta caratula de una cinta VHS en la que se mostraba la imagen de un niño colocando casi con mimo la cabeza cercenada de un jabalí en una estaca, una imagen recurrente que me ha perseguido desde entonces, haciéndome sentir inquieto, incómodo y provocándome una repulsa que entonces, cuando contaba con solo 10 años únicamente asociaba a lo desagradable de la escena. Hoy, habiendo descubierto el trasfondo que rodea dicha imagen, la repulsa se mantiene, pero en mayor medida ya que el miedo que trasmite es más real, no la sensación que pueda provocar un animal muerto en un niño, sino lo que representa esa escena: caos, instinto, supervivencia, fuerza,... pero a la vez sumisión, terror, un eco de la sociedad sin orden ni democracia, sin libertad pero también dominada por la supremacía del más fuerte, el liderazgo guiado por el miedo a lo conocido y lo que no lo es. 

Estas son algunas de las ideas que flotaban por mi cabeza mientras leía EL SEÑOR DE LAS MOSCAS, en la que Golding parte de un escenario casi paradisíaco que no escatima en describir y evocar con sus textos para, en una especie de experimento social, situar a un buen número de niños supervivientes sin el amparo, consejo o supervisión de adultos en la más terrible de las situaciones.

Una de las primeras cosas que llaman la atención en los comienzos de la novela es la sensación de desorientación que el autor refleja en nosotros, como abrir los ojos y, afectados por una extraña amnesia o sueño persistente, nos cuesta reconocer el entorno que nos rodea, sabiendo incluso menos que sus protagonistas, aunque no por ello nos sentimos preocupados, ya que parece existir cierta jovialidad, falta de inquietud propia de un niño pero a niveles desproporcionados, casi irreales. ¿De verdad acaban de sobrevivir a un accidente aéreo?, ¿Son conscientes de su situación y aun así sacan tiempo para juegos y sonrisas?. Claro, nada de esto concuerda con lo que imaginamos en un principio, pero todo forma parte del encanto que envuelve el desarrollo tanto de la trama como de sus personajes. Somos testigos del cambio a marchas forzadas, de una ruptura de prioridades e ideas, del prematuro paso de la inocencia a la madurez, del intento de trasformar el caos que rodea la convivencia y que supone forma parte de la mente de todo niño en orden y disciplina adulta, porque es la única manera, porque sus vidas están en juego. Y en los juegos adultos uno a veces se apuesta algo más que unas chapas.


EL SEÑOR DE LAS MOSCAS no deja de ser una novela dirigida a los más jóvenes, pero que a lo largo de los años ha envejecido lo suficientemente bien para que la gente de todas las edades siga considerando a la novela de William Golding como uno de los referentes entre las historias de convivencias y aventuras. Si, es probable que el impacto dramático haya perdido intensidad en una actualidad donde la crudeza de las imágenes mostradas o sugeridas y el sufrimiento ajeno (sobre todo el de un niño) ya no es tema tabú del que de reparo hablar. No obstante, no quita para que esta historia posea algunas escenas de gran impacto y sobrecogimiento, entre las que se encuentra la que da origen de manera casi poética al título.

La imagen que sugiere Golding del infante como victima y verdugo va ganando intensidad a medida que nos acercamos al desenlace. Las palabras dejan lugar a los actos, la amistad es derrotada por la rivalidad y la línea que separa la inteligencia y el raciocinio del más puro instinto animal va volviéndose cada vez más difusa. Diálogos y situaciones que de lo inverosímiles se convierten en demasiado reales, porque no lo olvidemos, estamos viendo a cachorros actuando como depredadores. Esto, sumado a una atmósfera que comienza desprendiendo calidez y va perdiendo potencia hasta que el ambiente se vuelve frío y opresivo, son elementos que acentúan cada uno de los valores que convierten a EL SEÑOR DE LAS MOSCAS en algo muy parecido a lo que la voz popular ha dicho de él durante más de 60 años, un tiempo que igual ha podido de algún modo pasarle factura, ya bien por su estilo de narración o lo simplista y poco novedosa de su trama (ahora, no entonces), pero uno comprende al leer títulos como éste la fuerza que un libro desatar con su lección de ética. No es de extrañar que aún se sigan publicando ediciones escolares de este título...


... Aunque insisto, esta edición, publicada por EL ZORRO ROJO se convierte en un aliciente más para tener un clásico de la literatura en un formato de lujo, cuyo texto, acompañado por los claroscuros tonos de las ilustraciones de Jorge González otorgan a la lectura de una ventana por la que asomarse y ver la isla como nunca antes.


Reseña: ISLA DE SIRENAS de Norberto Luis Romero

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

ISLA DE SIRENAS de Norberto Luis Romero.

Carnal y Serafín, hermanos gemelos que viven en una pequeña isla que a lo largo de su historia ha servido de prisión y patíbulo, y donde han ocurrido inexplicables muertes, comparten una vida rutinaria con sus abuelos: Anselmo, acosado por una demencia senil prematura y cuyo único entretenimiento es ver en la televisión los dibujos animados de Mickey; y Adelina, maestra retirada, mujer de enorme entereza pero que extravía su presunta cordura asistiendo a reuniones espiritistas. La armonía de la casa y el enfermizo cariño que los hermanos se profesan se verán fracturados con la llegada de Nerea, una joven finlandesa aficionada a coleccionar caracolas y conchas marinas. 
Ambientada en los días en que Rusia lanza al espacio a la perra Laika a bordo del Sputnik II, la acción se desarrolla en una atmósfera sofocante donde los personajes, en razón a extrañas circunstancias, van descubriendo el oscuro pasado que signa a la familia y al resto de los habitantes de la isla, condenados a padecer el infortunio a raíz de un terrible antepasado, un hombre cruel y sanguinario cuyo oficio fue el de verdugo. Carnal, a la vez que investiga las costumbres de unos insectos que se alimentan de cadáveres -que tiene prisioneros en un terrario- y mantiene una rara correspondencia con su tío Rodrigo, que emigró a Australia de joven, se obsesiona por recuperar el cariño de su hermano gemelo... una obsesión que le llevará a descubrir una historia familiar oculta y a cometer los crímenes más abyectos.

Una de las peculiaridades de los relatos donde el protagonismo se lo lleva la muerte y la tristeza o ira que ella trae tras de sí, independientemente de que hablemos o no del género de terror, es la capacidad de convertir lo que ha sido un escenario cotidiano y regido por la rutina en un pequeño abismo personal. Una gasolinera, una cafetería e incluso un sencillo supermercado empiezan a suscitar imágenes y sensaciones no deseadas, dominadas por la desdicha, el miedo o la asfixia emocional.
No obstante, existen lugares que. por así decirlo, ya vienen predefinidos por esas sensaciones. Sitios que por su sola naturaleza, o por costumbre misma, se convierten a título personal en paradas a evitar y en las que el escritor ve una vía de escape para perderse en sus más íntimos miedo... o para encontrarse a si mismo y usarnos a nosotros como reflejos de sus historias.

Mencionar una mansión abandonada, un hospital de noche o un cementerio sería simplificar al máximo el ejemplo al que me refiero. La cultura popular se ha encargado de pervertir lugares como estos llenándolos de de rincones misteriosos, maldiciones, asesinos, fantasmas y demás criaturas tan irreales como peligrosas y así, llega un momento en que crear un entorno terrorífico usando uno de estos escenarios "predefinidos" tiene un merito escaso que hay que saber cubrir contando una historia interesante y original.
¿Y si digo que el elemento que abarca el 70% de la superficie del planeta es, a título personal, uno de los que más miedo e inseguridad me han provocado desde la misma infancia? El mar y lo que le rodea, costas, puertos, faros y todo el misterio, las leyendas, mitologías que a todo ello envuelve han inspirado cientos de sueños y pesadillas a personas que más tarde plasmarían en el papel en forma de relatos, novelas y poemas inquietantes protagonizados por barcos fantasmas, monstruos marinos, apariciones de ultratumba entre otros... pero no solo encontramos el terror en lo que el gran azul nos escupe de sus entrañas preñadas de superstición y malos augurios, sino que su sola presencia abre la mente de escritores y lectores a las más inverosímiles situaciones.

Norberto Luis Romero es consciente de eso y no le hace falta recurrir a elementos fantásticos para que ISLA DE SIRENAS sea una lectura tan brillante como terrorífica.

Como primer acercamiento al autor, ya venía predispuesto a una lectura poco común, no solo por la colección a la que pertenece, Planeta Maldito de Valdemar, una serie de novelas, según la propia editorial "destinada a textos curiosos, raros, libertinos y malditos", sino por una reputación que le precede y le cataloga de grotesco y claustrofóbico e incluso sencillamente de raro. Dotando a sus textos de momentos macabros, sensuales y altas dosis de misterio, obras como LA NOCHE DEL ZEPELÍN, SIGNOS DE DESCOMPOSICIÓN o EL MOMENTO DEL UNICORNIO forma parte del legado que el escritor argentino nos ha dejado para el disfrute y bueno... el desasosiego. Y la verdad es que no desmerece la opinión que la crítica le ha atribuido, pero si nos mantenemos con el ejemplo de ISLAS DE SIRENAS, hay que reconocer que es más que una lectura extraña.

Incomodo. Así es como parece ser que Romero quiere que te sientas mientras lees su obra, y no son pocos los elementos de los que dispone para conseguirlo, añadiendo a cada ingrediente nuevo un peso extra a una atmósfera ya cargada y dominada por la pesadumbre y las malas sensaciones.
Si, como comentaba, el mar toma un papel importante en la historia, pero no como puerta a otros mundos o nido de elementos fantásticos, sino que actúa como prisión de barrotes naturales en una isla precisamente de orígenes presidiarios. Orillas y acantilados cierran la puerta a una salida deseada pero inalcanzable y acrecenta la claustrofobia encerrándonos junto a la familia protagonista, que serán quienes lleven el ritmo de la historia.

Son estos, los personajes los que proporcionan el lado más insano de la obra, una extraña mezcla de habitantes de la España más rural, con perfiles psicológicos altamente inestables causados por pasados llenos de misterio y esqueletos que ya no caben en el armario. Desde los gemelos protagonistas Carnal y Serafín, su abuelo, que sufre una grave demencia senil al que solo mueve la diaria hora Disney y su adorado Mickey Mouse y Adelina, la, en apariencia locuaz abuela que parece haber perdido el camino recto desde que asiste a sesiones espiritistas. No os confundáis, en ISLA DE SIRENAS no hay héroes, no vais a encontrar una nueva lucha entre el bien y el mal, ni la empatía con alguno de los habitantes de la isla que os haga comprenderlos, sufrir o disfrutar con ellos. Tanto principales como secundarios son usados con maestría por el autor para hacernos sentir la mencionada incomodidad que mencionaba anteriormente, y habrá, no lo dudo, quien piense que esta novela no tiene ningún objetivo, ni moraleja y a cambio encuentre situaciones donde la ética es cuestionada y la naturaleza humana interpreta un papel a medio camino entre lo teatral y lo surrealista.

Ésta no es una novela para todo el mundo. Quizá es de esas historias que ayudan a que uno se evada de la vida real y, tras un rato de lectura, abrazarse a su vida rutinaria, aburrida y donde uno no puede esperar nada malo del vecino y los secretos no son tan peligrosos como una navaja recién afilada acariciando nuestro cuello. ISLA DE SIRENAS no es una novela de terror propiamente dicha, más bien estamos ante un relato donde un drama familiar alcanza la elegancia del horror gótico sin esquivar el realismo sucio y la elegancia en su escritura. Así, con un ritmo pausado de manera intencionada para evocar imágenes capaces de encontrar belleza en los fotogramas más repulsivos, saltaremos una y otra vez como si de una rayuela se tratara adelante y atrás en el tiempo, ordenando las piezas del complicado rompecabezas que busca dar sentido al cuadro completo...

... un lienzo que, a modo de mosaico de tonos apagados, suscitará al espectador más preguntas que respuestas, una imagen casi nihilista de la naturaleza humana, que viene a decir que tomemos el camino que tomemos, la muerte es, y siempre será, la última parada. A quién tenemos que rendir cuentas por nuestros actos en vida, es indiferente, ya que quizá seamos nosotros los únicos capaces de juzgar nuestra propia moral.
Pero si alguien o algo nos arrebata eso, si desaparece esa línea que separa el bien o el mal, ¿De qué seríamos capaces?, ¿hasta qué extremo llegaríamos para comprender a los que más queremos e intentar entender un significado del amor y el odio que dista mucho del que tenemos nosotros?

Con una prosa magnífica, en una extraña comunión que une la primera y la tercera persona donde los diálogos se juntan con la narración y misteriosamente pese a la sensación de incomodidad que no nos abandona, uno no solo se acostumbra, sino que se deja llevar, Norberto Luis Romero crea con ISLA DE SIRENAS una pequeña pieza fundamental en el teatro grotesco hispano, como contemplar la obra maestra de un embalsamador y esperar, pese a las mutilaciones y rasgos que únicamente la muerte es capaz de crear, a que el cuerpo abra los ojos y nos sonría con tristeza.

Reseña: EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu.

Este libro ofrece la posibilidad única de acercarse al fenómeno editorial chino que ha conquistado el mundo y ha ganado el premio Hugo 2015 a la mejor novela, siendo la primera vez que una obra no escrita originariamente en inglés merece tal reconocimiento. Su autor, Cixin Liu, es el escritor de ciencia ficción más relevante en China, capaz de vender más de un millón de ejemplares en su país y convencer a prescriptores de la talla de Barack Obama, quien seleccionó El problema de los tres cuerpos como una de sus lecturas navideñas de 2015, y Mark Zuckerberg, que lo convirtió en la primera novela de su club de lectura. Ahora el público y la crítica de los cinco continentes se rinden a esta obra maestra, enormemente visionaria, sobre el papel de la ciencia en nuestras sociedades, que nos ayuda a comprender el pasado y el futuro de China, pero también, leída en clave geopolítica, del mundo en que vivimos.

Ya hemos hablado en estas mismas líneas y en más de una ocasión acerca de que elaborar la opinión escrita de un libro no es fácil siempre, claro está, que ésta vaya más allá de un "Buah, este libro es brutal, puto amo el escritor" o "No te acerques a esta mierda ni con un palo", porque eso sabemos hacerlo todos.

Hemos tenido casos de libros que nos han dicho tan poco, que hablar sobre el crecimiento del moho en el yogur es más complejo e interesante. No faltan libros en los que uno no sabe realmente si le ha dicho algo o no y cuál es realmente el mensaje que ha querido transmitirnos, por lo que nos asusta atribuirle una falsa intención interpretativa y dar a entender que realmente no has comprendido una mierda de lo que has leído.
Historias surrealistas, bizarras, relatos popularmente catalogados de clásicos que lees con miedo a que no te gusten y consecuentemente tu blog se convierta en un campo de batalla enfrentado a la vox populi más erudita, ensayos... No es mi intención en absoluto subirme méritos resaltando lo difícil que es en ocasiones escribir una reseña (No hay nadie menos indicado para ello que yo), pero es una manera de pedir disculpas si cometo algún error con el siguiente reto convertido en crítica literaria. Y es que, ¿Cómo hablas de la opinión que te merece una novela sin hablar de ésta?. Más cuando uno de los puntos fuertes del libro, el gran pilar sobre el que se sujeta es jugar con la ignorancia del lector a la hora sumergirse en la historia, ignorando completamente el jardín en el que se ha metido.
Irónicamente, la novela de ciencia ficción de la que más se está hablando en nuestro país actualmente, EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS de Cixin Liu, es uno de esos casos.

Podríamos decir que la sinopsis de un libro es lo equivalente al trailer de una película. Desgraciadamente se ha convertido en costumbre mostrar un exceso de información que termina por destruir cualquier esperanza de sorpresa y por supuesto, interés, hasta el punto de que existan grupos de espectadores que prefieren ir "vírgenes" a la experiencia, con la sola referencia de un par de imágenes y un teaser de 20 segundos. Mi consejo, por tanto, es que si aún no sabéis nada de esta novela, si vuestros conocimientos se limitan a su portada y poco más o sencillamente, yo mismo os estoy descubriendo este libro con esta entrada, dejad que siga así. No busquéis reseñas, ni siquiera una sinopsis del mismo, porque dependiendo de donde miréis podréis encontrar la que acompaña el tomo, con la que yo he abierto la reseña (Bien. No dice nada del contenido) o la que dicho de alguna manera, destruye la magia (Mal. Es decir, que te hace un resumen exhaustivo del contenido de la trama). No cometáis el mismo error que yo y estoy seguro de que vuestra experiencia será más gratificante que la mía, que no quiere decir que fuera mala. Al contrario.

Fanart realizado por Jay Wong.


EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS es, en la actualidad la más potente referencia china de la ciencia ficción que no solo ha atravesado fronteras internacionales gracias a la traducción al inglés por Ken Liu, sino que se ha llevado bajo el brazo el premio Hugo del 2015, aunque ya sabéis que a mí este tipo de galardones me generan el mismo interés que un racimo de testículos. Liu crea con su obra una amalgama de referencias y estilos, capaces de mezclar multitud de ramas de la ciencia ficción sin salirse de la línea más especulativa donde podemos encontrar vertientes científicas, informáticas, un buen equilibrio entre la obra ligera y la CF hard e, incluso, cierto toque de fantasía. Elementos todos que conforman entre ellos una lectura amena, intrigante, que va de menos a más manteniendo siempre muchísimas preguntas por contestar y sorpresas por revelar, vamos, lo que se suele esperar de una obra tan comentada y recomendada como ésta, por lo que no os estoy descubriendo nada nuevo. Esa novedad que la diferencia de otras novelas se encuentra en los pequeños detalles.

Cixin Liu nos lleva a un desgarrador viaje por China y su historia presente, pero también pasado, donde nos recuerda uno de los capítulos más terribles de su historia moderna como fue la Revolución cultural que el país sufrió a mediados de los años 60. En este panorama y a manos de Ye Wenjie, una de las figuras centrales de la trama, seremos testigos de escenas que superan cualquier terrorífica expectativa, una sensación acrecentada por la veracidad de muchos de los hechos narrados. Capítulos introductorios que no hacen sino poner en seria duda la moralidad y ética de la raza humana.

Con ésto el escritor no solo nos quiere poner en antecedentes, sino que ya en el presente parece construir un puente por donde el pasado cultural e intelectual del país cruza para resistirse a desaparecer del todo. Así, el aspecto crítico de la obra es tan constante como revelador, no solo por el fuerte impacto que la ciencia y la educación sufrió en China, sino que realiza un análisis del ser humano y su relación con el entorno en la que no falta su papel como amenaza del ecosistema o también comprobando el bando que pueda elegir cuando se presenta, como una de las revelaciones más importantes de la historia, algo que puede cambiar el mundo para siempre, aunque ello implique la destrucción de lo que otros prefieren proteger con su vida.

Una novela como EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS cuyo ojo crítico toca temas como la cultura a través de los años, los avances tecnológicos y la censura ideológica tampoco olvida temas como la religión, que es tratado a niveles que se funden con la astrología, las hipótesis espaciales y la tecnología avanzada, y éstas a su vez dotan de un nuevo nivel de interacción e importancia a elementos tan conocidos como los videojuegos o la realidad virtual.
Sí, lo se. Todo ésto puede sonar complejísimo y dar al lector la sensación de que en las páginas escritas por Cixin Liu va a acabar perdido entre problemas matemáticos, mecánica cuántica y física avanzada. Sí, sí y sí a todo esto y a mucho más, pero afirmar ésto no es motivo de alarma.
La agradecida labor de traducción directamente del chino por parte de Ken Liu nos ha dejado una narración ágil y una prosa fluida que ayuda al relativo fácil entendimiento de cada escena y problemas que se van presentando (siempre y cuando se siga el hilo de la aventura con todos los sentidos puestos en él). No es extraño pues, que el lector se sumerja en un mundo científico donde no sepa diferenciar una hipótesis de una norma establecida, lo que dota a la lectura de un realismo tan esperanzador como terrorífico.

Pero entonces, ¿Lo de la proclamada novela de ciencia ficción del año son todo virtudes? Bueno... no van a faltar felices de la vida que opinarán así, pero a mí no podrán incluirme en sus filas.

Fanart realizado por Jay Wong.
¿Os acordáis de la frase con la que resumía el otro bombazo de la ciencia ficción del 2016? de LUNA de Ian McDonald comenté que me pareció una historia mediocre pero con una ambientación brillante. Con EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS me pasa justamente lo contrario; la novela de Liu posee una trama poderosa, atrayente y con una suficiente profundidad para hacerla creíble. Una credibilidad que por desgracia se ve afectada negativamente por otros elementos externos como son los personajes que, pese a estar correctamente caracterizados, diferenciados y esculpidos, no alcanzan la tridimensionalidad y parece que hay un único patrón por el que se han cortado. Todos se asemejan demasiado entre sí, y eso se nota en sus interacciones, demasiado programadas, carentes de emociones expresadas al exterior, etc. Parece que están ahí solo porque la historia necesita un vinculo, un huésped con la que poder contarse y por lo tanto resulta casi imposible encariñarse con alguno de ellos, incluso el carácter rudo y a veces cómico de Shi Qiang se queda en un vano intento de empatizar con el lector.

Tampoco olvidemos que estamos ante la primera parte de una trilogía, una historia que continúa con EL BOSQUE OSCURO y concluye en EL FIN DE LA MUERTE. Es por ello que la primera entrega puede pecar de una estructuración mal equilibrada.
El ritmo, que crece de manera ininterrumpida, alcanza su máximo exponente en aproximadamente las últimas 50 páginas, donde el autor nos bombardea sin piedad con un exceso de información relevante que te deja, dicho de manera poco elegante "cagando ladrillos" para, inmediatamente cortar en seco y dejarnos en espera de la secuela. Sí, así es. Cixin Liu se marca un capítulo de final de temporada de esos que te hacen morderte las uñas hasta el hueso, empeorando con la idea marcada de que todo lo leído en EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS es solo la colocación de las piezas en el tablero y que la verdadera partida empieza en EL BOSQUE OSCURO.

En definitiva, este premio Hugo 2015 (¿Merecido? Ni lo sé, ni me importa) es una historia que pese a su regular trato de sus personajes sabe encontrar el mejor y peor lado del ser humano, y que pese a un ritmo a veces descontrolado posee una trama que guarda un argumento que no se aleja mucho de las de muchas historias clásicas y reverenciadas de la ciencia ficción, pero dotada de ingredientes que lo convierten en un producto que parece nuevo y original y que se disfruta como tal. Un repaso a una China del pasado, presente y ¿Futuro?. Impactante, reveladora, refrescante a la par de escalofriante por momentos. Un texto que busca concienciar de la necesidad de esa comunión hombre/Tierra que tanto tiempo lleva el primero postergando y el segundo rogando.


...No, mirad, paso de extenderme con el tema... lo de las fajas con los que Nova últimamente cubre sus libros ya no tiene nombre. Vale que el dinero es el dinero, que hay que buscar nuevas maneras de acercarse lector menos aficionado, pero eso de "la novela que ha convencido a Barack Obama y a Mark Zuckerberg"... ¿Convencer de que?, ¿Y que diantres me importa los gustos literarios de personas que tienen acceso a CUALQUIER libro que se es antoje sin sacar la cartera del bolsillo?. Al menos esta vez no la han comparado con Juego de Tronos...

Reseña: HOMO TENUIS de Francisco Jota Pérez.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HOMO TENUIS de Francisco Jota Pérez.

“El 31 de mayo de 2014, en Waukesha (Wisconsin), dos niñas de doce años de edad apuñalaron diecinueve veces a una compañera de clase. Al ser interrogadas, declararon que debían cometer aquel asesinato (que quedó milagrosamente en un intento) porque el SlenderMan, una criatura imaginaria concebida en un foro de Internet dedicado a los cuentos de terror y las leyendas urbanas, así se lo había pedido tras presentarse ante ellas y prometerles llevárselas consigo a su mansión en el bosque…”

Homo Tenuis es una obra de teoría-ficción centrada en la figura del SlenderMan (el“Hombre Esbelto”) como elemento ficcional que, habiendo trascendido su condición de leyenda urbana radicalmente nativa del siglo XXI a través de su naturalización y absorción en el consciente colectivo, ha dejado de ser verosímil para convertirse en verificable; esto es, el Slenderman como objeto hipersticioso, una superación de la superstición, una suerte de profecía cultural autocomplida.

A partir de una introducción en el concepto de hiperstición tal como éste se entiende en el campo de la teoría cultural de vanguardia, y de la autopsia del objeto hipersticioso, se formula un estudio del modo en que ciertas ideas, por mucho que en un principio se presenten como aterradores espejismos, son capaces de demostrarse lo suficientemente poderosas como para transformar el mundo y todo lo contenido en él de forma en absoluto metafórica.

De la mano del Hombre Esbelto, en dirección a una hipotética mansión en los bosques del imaginario global, el presente libro cartografía un territorio poblado de mitos de la Mecanosfera y la Electrosfera, artificios publicitarios y discursos económicos de la coerción, conjuros lovecraftianos, prospecciones transhumanistas, revoluciones electrónicas y lémures cantores.

Tejido como un collage de técnicas y modelos narrativos experimentales que van desde el artículo filosófico a la prosa poética pasando por el método paranoicocrítico daliniano, la micro-ficción, el esquizoanálisis deleuziano o el hiperrelato de terror, Homo Tenuis resulta un artefacto polisémico que trasciende el ensayo formal para articular sus tesis, cuestiones y conclusiones de forma más evocativa que explicativa, en un intento por provocar en el lector la experiencia más inmersiva posible.

Queda claro que la naturaleza del miedo no es una ciencia exacta. Existen tantos miedos como personas habitan en el mundo, y no tenemos derecho alguno a robarles fundamento o credibilidad a cualquiera de ellos. Sin embargo, el coco ya ha colgado el saco ante la imposibilidad de hacer llorar a los niños, Drácula murió de hambre en su búsqueda de adolescentes vírgenes y las brujas de Salem han sustituido sus escobas por una chapita identificadora y el caldero por un lector de códigos de barra.
La paranoia, las responsabilidades adultas, y las perspectivas del futuro son los nuevos monstruos de la Hammer, en los pasajes del terror de las ferias no te aguardan momias, vampiros y demonios, sino facturas, periódicos y ordenes de desahucio.
Le tengo miedo a ese meme de moda que se compone de una frase que hace mención a algún momento o circunstancia actual o de la infancia ("Tu cuando...", "Ese momento en que...") acompañada de una imagen estática o en movimiento en la que tendemos a vernos identificados. Si, claro que me divertía verlas, pero luego su veracidad empezó a causarme cierta incomodidad y ésta fue evolucionando al miedo. Miedo a la destrucción del concepto del individuo como tal, a la eliminación del yo y la sustitución por un colectivo que parece haber vivido tu vida y sentirla más que tu mismo. El recuerdo de una infancia feliz se rompe y es sustituida por cientos de ojos observando y tomando notas.
Conspiranoia, manía persecutoria, ansiedad, déficit de atención,... armas de las que el miedo se vale día a día para recordarte que los monstruos son reales, pero no tienen largos colmillos ni letales garras, sino que visten corbatas y portan maletines.

Y como eramos pocos, tuvo que parir la abuela, y descubrí de manos de Francisco Jota Pérez y su HOMO TENUIS lo que es la Hiperstición.

En HOMO TENUIS, Jota, por medio de la figura del Slenderman desata una de las muchas vendas que cubren nuestros ojos y nos descubre este recién acunado termino y cómo sus tentáculos pueden alargarse hasta lo inimaginable, abarcando más campos y aspectos de la vida cotidiana de los que creemos.



España conoció al Slenderman de forma tardía. Gracias al irrelevante mundo youtuber pudimos ver a esta esbelta figura, de brazos y piernas exageradamente largos y rostro sin facciones protagonizando un videojuego que buscaba el susto fácil en los jugadores. Poca gente sabía entonces (Hablo de cerca del año 2012) que la historia de esta criatura surgió mucho más atrás, cuando en 2009 se realizó una propuesta de imágenes de naturaleza paranormal en un conocido foro. En cuestión de horas el germen de esta creencia, símbolo monstruoso del miedo a lo desconocido fue tomando forma haciéndose cada vez más fuerte e inestable hasta que su malvada naturaleza e influencia, en manos de personas que aun conservaban la inocencia, surgió en forma de actos violentos retratados en cuadros hechos con diecinueve puñaladas o mecheros y bidones de gasolina.

Jota se vale de las leyendas y circunstancias que rodean el nacimiento, desarrollo, reproducción y longevidad de este hombre esbelto para ilustrarnos en el concepto de la hiperstición, pero no solo usa este elemento. La obra literaria de H. P. Lovecraft, así como la de R. W. Chambers expanden el significado de una idea invisible, pero que nunca se ha escondido del ojo humano. Y lo hace de la manera más inusual posible.

Como construir una casa empezando por las ventanas, Jota crea en HOMO TENUIS un ensayo imposible pero inevitablemente necesario. Leer este libro es como invocar a un profesor tan diabólico como paranoico a través de algún ritual barriobajero y traerlo de los infiernos para retarle a una ronda de chupitos tras otra. Sus lecciones instruyen y al mismo tiempo aterrorizan, sorprenden e hipnotizan. Para ello, el autor se vale de prácticamente cualquier cosa que le sirva para atrapar al lector: análisis, novelización, poesía, escritura automática, surrealismo... tan atípico es el contenido como el continente, pero juntos forman un paraje del que es difícil escapar una vez profundizas en él. Una sensación ésta que no es desconocida a cualquier lector que ya haya experimentado el tener a Francisco Jota Pérez de guía por os infiernos del mundo real con POLYBIUS o su aportación a ALCASSERIANA, inyecciones de arte y conocimiento que van directamente al corazón, pero cuyos efectos secundarios se notan sobre todo en el alma.

De todos modos, en HOMO TENUIS no se lleva la hiperstición únicamente a una mera leyenda urbana y posterior nido de memes, creepypastas y cosplays de temporada. El termino abarca conceptos tan presentes e importantes en nuestro día a día como la religión o la economía. ¿Cómo? Emulando a un mal anuncio televisivo: Tendréis que leerlo para saberlo.

HOMO TENUIS es indiscutiblemente una de las publicaciones más arriesgadas de Gasmask Editores, editorial que nunca ha abrazado las costumbres populares o lo politicamente correcto, y es por eso que se convierte con cada título publicado en uno de esos pequeños grandes sellos de la literatura alternativa. Por otro lado, sitúa a Francisco Jota Pérez como uno de los referentes más importantes del pensamiento underground y la filosofía más atípica y oscura de nuestro país. ¿Por su naturaleza?, ¿ Por su modo de exposición? Puede, pero también por demostrarnos que a veces las cosas se ven mejor cuanto menos luz se use.


Reseña: PESADILLA A VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES de Richard Matheson

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

PESADILLA A VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES de Richard Matheson

Si Nacido de hombre y mujer, y otros relatos espeluznantes recogía los primeros trabajos de Matheson y abarcaba solo un lustro (1950-1954), este segundo volumen compila relatos escritos a lo largo de los siguientes diecisiete años (1955-1971). Hasta que decidió abandonar el formato, sus cuentos le abrieron acceso a publicaciones cada vez más mayoritarias; mientras tanto, su carrera como guionista despegaba. 
Y es precisamente gracias a las versiones audiovisuales como sus relatos se han vuelto más conocidos. Desde Serling, Corman y Fisher, pasando por el mismísimo Hitchcock, hasta Spielberg o un triunfante George Miller, sus cuentos han constituido una fuente de inspiración continuada para el cine y la televisión y han dejado una huella indeleble en varias generaciones.

Si en algo coincidimos todos o casi todos los que disfrutamos del mundo de la lectura es en ese deseo de estar en el otro lado, de ser el creador de esas historias que más tarde se verían plasmados en el papel, siendo leídas por gente que, como nosotros, disfrutan devorando libros y manteniendo vivo esa ilusión de que, el día de mañana podremos decir con orgullo "soy escritor, como la gente a la que más admiro".

Que si, que muchos de nosotros vemos ese sueño como eso, un sueño. No obstante ya sea la falta de talento o motivación la que nos arrebata ese deseo, otras sensaciones no faltan nunca, como la de encontrar ese libro, ese autor que nos impulsa a mover nuestra maquinaria imaginativa como nunca y convertirlo en un referente de nuestro futuro literario.
Puede que si tengas preferencia por la ciencia ficción tu modelo a seguir sea Philip K. Dick o Asimov. Si lo tuyo es el terror, Stephen King o Lovecraft guiarían tus pasos, y Tolkien se vería reflejado en tus intentos de escribir fantasía. Maestros en su materia todos ellos sin lugar a dudas, pero no olvidemos a aquellos escritores cuya influencia ha traspasado fronteras genéricas y se les considera referentes de la literatura universal. Autores como Richard Matheson.

Tanto para autores reconocidos como para iniciados, Matheson se ha convertido en un claro reflejo de aspiraciones y una inspiración para obras de género que hoy muchos consideramos imprescindibles. Incluso ni aunque los mismos autores se den cuenta. Y es que son tantos los temas que el autor ha tocado en su carrera que resulta casi inevitable ver su mano en muchos escritos de la actualidad.

Yo mismo podría ponerme de ejemplo (no por calidad obviamente). Si repasara el único relato que he escrito y publicado, Atención al Cliente de la antología EN LOS ALBORES DEL MIEDO, llegaría a la conclusión de que me he "marcado un Matheson" teniendo en cuenta la cantidad de ingredientes comunes con el escritor de New Jersey, ¿Elementos usados a propósito? En absoluto. Tal es el legado que ha dejado a la literatura, con la que sin él, reitero, obras pasadas, presentes y futuras jamas existirían.

El mismo Stephen King afirma que "Todos conocemos sus relatos, aunque no lo sepamos" y no le falta razón. Incluso para alguien que nunca haya leído nada suyo, el salto de muchos de sus trabajos a a la pantalla grande (SOY LEYENDA, ACERO PURO, EL DIABLO SOBRE RUEDAS) o adaptados a conocidísimos espacios televisivos como The Twilight Zone no pasa desapercibido a casi nadie, así que si alguna vez vas a afirmar que no conoces nada de la obra de Richard Matheson, pregúntate a su vez "¿ De verdad no conozco nada?".

Buena parte de sus novelas se han convertido en guías para nuevos escritores, y no tan nuevos. Trabajos que vemos reeditados constantemente suponen algunas de las piezas fundamentales del terror o la ciencia ficción del siglo XX, pero sus trabajos breves, sus relatos cortos no se quedan atrás a la hora de llevarse el mismo mérito. Ahora, tras ser varias las editoriales que nos han ofrecido compilaciones de estos cuentos, es el momento de que Gigamesh nos traiga lo más cercano a lo que podríamos denominar la colección definitiva de la narrativa breve de Matheson en castellano. NACIDO DE HOMBRE Y MUJER fue el primer volumen de esta antología, la cual nos trajo su trabajo desde 1950 hasta cuatro años después. Ahora, los relatos escritos entre 1955 y 1971  han sido recogidos en este segundo volumen. Una época en la que el estilo y talento narrativo del autor se vio influenciado por su paso por el mundo de los guiones cinematográficos. PESADILLA DE VEINTE MIL PIES Y OTROS RELATOS ESPELUZNANTES reúne 35 historias que retratan lo mejor del autor, donde varias piezas supusieron algo más que una semilla que creció y floreció en influencia para trabajos de otros autores que estaban por venir.

Cuando hablamos de Matheson hablamos del rey de la paranoia. Sus historias fusionan elementos fantásticos, terroríficos y generosas dosis de ciencia ficción, pero por encima de todo, lo que reina y más en común tienen buena parte de sus relatos son esos protagonistas próximos al lector. Personas vulgares de un nivel social medio, acostumbradas a la rutina del trabajo, la familia o los hobbys que, un día sin previo aviso ven trastocadas su visión de la realidad, lo inverosímil invadirá cada momento de sus vidas y cada decisión, cada toma de contacto con lo que hasta entonces era un mundo sin secretos ni misterios. Primero con curiosidad, luego con obsesión, el protagonista se preguntará la naturaleza de aquello que le causa un peligro aparentemente mortal, hasta el punto de dudar de si mismo y todo lo que le rodea, con consecuencias inevitablemente terribles.

Richard Matheson es como un niño con exceso de imaginación que un buen día encuentra un baúl lleno de juguetes. Ese niño sería capaz de contarte una historia terrorífica con cada cosa que encontrara dentro, y luego con el baúl, y más tarde con la moqueta sobre la que estaba éste. Una imaginación desbordante, capaz de crear tramas complejas o simples pero en ambos casos efectivas dado el impacto tanto visual como emocional que provocaban entonces y cuya magia se sigue conservando hasta hoy.
Recordemos que estos relatos fueron escritos en una época en la que Matheson alternaba relatos con guiones, y no pasa desapercibido como unos contagian a otros. Así, PESADILLA A VEINTE MIL PIES se compone de algunos de los relatos más visuales de su carrera, donde el factor cinematográfico de sus escenas cobra una importancia capaz de sustituir otros elementos como el trato de los personajes o las innecesarias descripciones.
Matheson no pierde el tiempo con prólogos ni profundizando en los protagonistas o decorados, sino que busca la manera de hacerte sentir que eres un protagonista más. No, no es que use dosis extremas de realismo, sino que la sencillez de su narrativa y la escasez de descripciones invita al lector a llenar huecos , a que sea participe de la historia usando la imaginación para darle forma a los elementos que pasan por delante de sus ojos. Así se logra ampliar la intensidad de los relatos más impactantes como Duelo, Ajuste de Cuentas o Presa, al mismo tiempo que nos ayuda a crear nuevos mundos futuros a partir de cero con aquellas historias más cercanas a la ciencia ficción. Acero (el relato que inspiró, SOLO inspiró la película protagonizada por Hugh Jackman), Al Borde o Deus ex Machina son buenos ejemplos ejemplos de ello, pese a que ésta segunda parte de su colección de relatos está más centrada al terror que a éste género, el cal tiene su mejor muestra en NACIDO DE HOMBRE Y MUJER..

Pero esto es solo una pequeña muestra de los 35 relatos que encontramos aquí. Los hay que destacan por encima de otros como es obvio, pero difícilmente podríamos catalogar a alguno de "relleno". El relato que da título a la antología, Pesadilla a Veinte Mil Pies es una obra maestra de cómo generar tensión ante una situación tan cotidiana y aparentemente segura como es un viaje en avión. Un relato por cierto que muchos recordarán homenajeado en uno de los especiales de Halloween de los Simpsons
Otra pequeña joya la encontramos en El Repartidor, tan inverosímil como terrorífico, es inevitable ver aquí al antecesor de lo que más tarde sería una de las mejores obras del maestro del terror Stephen King: LA TIENDA.
El lado más dramático y emotivo de Matheson también está presente entre tanto terror y paranoia. Pautas de Supervivencia, Mantage, Viejas Fantasmagorías o La Maquina de Jazz (compuesta como si de una canción se tratara) mezclan elementos fantásticos con el lado más humano de los protagonistas, donde el amor por las personas o por lo que uno más admira alcanza su máxima expresión. Aunque dichos elementos fantásticos no siempre son de obligatorio recurso para el autor, Vamos a Ver a Papa Noel, El Toque Magistral o la verídica Un Poco de Agua muestran que los monstruos mas terribles no siempre viven en la superstición o la imaginación más oscura, sino a buen resguardo en el corazón del ser humano.

La comedia tampoco falta entre los relatos, ya no solo porque algunos de los elementos centrales sean estúpidamente inverosímiles como es el caso de La Fuente Generosa, sino porque en algunos, éste género es quien lleva la batuta en su ritmo. No tenéis más que leer El Funeral, Miss Encanto Sideral o la bizarra Oh, Blanda Navidad para comprobarlo.

Me encantaría hablar de cada uno de los relatos, pero no soy amigo de las reseñas bastante extensas. Por lo que creo que al menos he conseguido demostrar que La obra corta de Matheson es tan rica en variedad como en los sentimientos que consigue aflorar al lector. Otros relatos como Los Hijos de Noah, que marcaría una repetidísima pauta narrativa en infinitud de películas de terror, La afición del autor por el tema de la magia negra y vudú que se reflejaría en relatos como Desde Lugares Sombríos, Solo con Cita Previa o Hasta que la Muerte nos Separe, o la brillante Digno de Mención, uno de mís favoritos no pueden dejar de ser nombradas en una digna reseña de este trabajo.

Tanto el contenido de PESADILLA A VEINTE MIL PIES como el del volumen anterior, NACIDO DE HOMBRE Y MUJER se han convertido no en títulos recomendados, sino en documentos imprescindibles para entender el pasado, presente e inminente futuro del género fantástico. No lo digo solo yo, lo dicen, por enésima vez, esas novelas que tanto disfrutáis y que posiblemente sin el trabajo de Richard Matheson no existirían.

Reseña: 11,4 SUEÑOS LUZ de Nicholas Avedon.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

11,4 SUEÑOS LUZ de Nicholas Avedon.

Más de cincuenta millones de personas malviven en la megalópolis que se ha convertido París en el siglo XXIV. La antigua ciudad de la luz se ha transformado en una ciudad corrupta e inhumana. La mayoría de sus ciudadanos vive sumido en una zona gris donde no llega la luz del sol: el piso cero. Mientras, las élites, ajenas a todo, no abandonan nunca las gigantescas torres, ignorando la miserable existencia de los mugrosos, aquellos que viven en el piso cero.

El mundo ya no tenía solución, pero un grupo de filántropos financió el proyecto Veluss. Un plan muy ambicioso, mucho más grande aún que la fallida colonización de Marte: Llevar el hombre a las estrellas, treinta mil hombres y mujeres —los mejores—, ellos y sus nietos, tendrían una nueva oportunidad, en el sistema Procyon, a 11,4 años luz.

Esta es la historia de Ariel de Santos, uno de los artistas vivos más reputados de los Estados Europeos del Sur, un hombre atormentado por sus pactos con el diablo y adicto al Trank, la droga universal. A través de sus ojos, seremos testigos de una huida del pasado, sin vuelta atrás.

No será fácil entrar en la nueva arca de Noe: millones de candidatos en todo el planeta desean una existencia mejor. Esta es la crónica de algunos de ellos, luchando por hacer realidad un sueño y embarcar en la nave que les aleje de una vida sin esperanza.

La ciencia ficción es uno de esos géneros literarios en los que cuanto más profundizas, más cosas descubres de él. No somos pocos los que tienen su primer acercamiento al género con películas como La Guerra de las Galaxias o Star Trek. Hoy en día sabemos que ambos clásicos pertenecen a una subrama de la ciencia ficción llamada Space Opera, una de muchísimas que existen pero que mantienen algunos elementos en común, entre otros la de acercarnos el mundo del mañana a la actualidad.

Viajes a las estrellas, encontrar vida extraterrestre en otros planetas o que ellos mismos vengan de picnic al nuestro para dejarlo todo perdido, la colonización de mundos o la búsqueda del sentido de la vida, del universo y de todo lo demás son algunas de las propuestas que los escritores de ciencia ficción nos dejan caer y nos hacen mirar al cielo con la cabeza llena de preguntas y complejos de hormigas en el centro de un reino dominado por gigantes.  Ahora bien, si hay un género que realmente me despierta un interés personal sobre un futuro cercano, ese es el cyberpunk. Y cuando hablo del futuro cercano lo hago con cierto temor.

Vivimos en la era de la información, una época que las primeras muestras del cyberpunk solo podían soñar, y con esos sueños crear libros y películas que hoy consideramos clásicos como ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? de Philip K. Dick, NEUROMANTE de William Gibson o SNOW CRASH de Neal Stephenson.
Cosas como Internet, los mundos virtuales, la robotica o la inteligencia artificial alcanzan hoy avances casi inimaginables y que a algunos aún nos cuesta diferenciar de la magia. ¿Pero son todo ventajas?. En absoluto, detalles como la importancia del ser humano como individuo o incluso su papel fundamental para la supervivencia de la tecnología es puesta en duda, paisajes verdes dominados por la naturaleza van perdiendo terreno peligrosamente , siendo sustituidos por grandes metrópolis de metal, luces de neón y cables de fibra óptica. Todos estos elementos que definen y resumen la esencia del cyberpunk están presentes en obras literarias desde hace décadas, y aun hoy éste género se considera un referente de gran importancia en la ciencia ficción, fuerte y con mucho que aportar. Nicholas Avedon así lo demuestra con 11,4 SUEÑOS LUZ.

Esta es una de esas novelas cuya lectura se aparece de manera totalmente inesperada, y como tal no es raro que uno no espere demasiado de ella. "Otro refrito de Blade Runner y Ghost in the Shell con robots, hackers y un mundo a un paso de irse a la mierda...". Es lo que con toda probabilidad pensaríamos de buenas a primeras, o al menos es lo que veladamente pensé yo cuando se me ofreció la oportunidad de leer este libro, desconfiado que es uno. Y si, puede contener muchos de esos elementos que cualquiera consideraría clichés del género, pero no. 11,4 SUEÑOS LUZ no era en absoluto o que yo esperaba, y muchas de sus razones son para bien.

La situación en la que Avedon nos pone no nos resulta desconocida para muchos: La Tierra del siglo XXIII se ha convertido en un planeta super poblado, donde la gente que se lo puede permitir prefiere encerrarse en kilométricas torres o perderse en mundos virtuales que les otorgan emociones que creían perdidas y placeres que no tienen cabida en ningún otro sitio. En este "enternecedor" panorama conocemos a Ariel de Santos, personaje más bien atípico en este tipo de historias, tanto por sus orígenes como por su oficio, director de sueños vividos, una nueva manera de entretenimiento para el público que ya no puede permitiese cosas tan sencillas como sentir a brisa del aire fresco en el rostro. Pronto Ariel se verá inmerso en la mayor oportunidad de su vida: formar parte de la tripulación de un vuelo espacial destinado a la búsqueda de nuevos planetas que pueden convertirse en el nuevo hogar de la humanidad.

En contra de lo que algunos puedan pensar, la obra de Avedon no es un nido de intrigas y conspiraciones cibernéticas, y mucho menos una novela repleta de acción, persecuciones y sanguinarias venganzas. 11,4 SUEÑOS LUZ es una historias atmosférica, tanto que su ritmo pausado hace pensar que en lugar de estar leyendo lo equivalente a una película en movimiento, disfrutamos de una secuencia de diapositivas que, a modo de clase de historia pretende (y consigue) hacernos viajar al futuro y contemplar un mundo a veces extrañamente creíble, dado que pese a los dos siglos que nos separan de la época actual en muchos aspectos, quizá demasiados y no solo tecnológicos sino también sociales, apenas nada ha cambiado. Incluso en ocasiones más que mirar para adelante echamos la vista atrás. Esto en realidad no llega a ser un factor del todo negativo, puesto que ofrece al lector un escenario donde sentirse a gusto y no perdido, que no abusa de ambiciones imposibles, donde la ética humana apenas ha sufrido cambios acordes al nivel de vida , para bien o para mal. No obstante, tampoco nos vemos invadidos por esa sensación de artificialidad general común en el cyberpunk, de supremacía tecnológica e insignificancia moral, un sentido catastrófico que se echa de menos.

Puede que donde encontramos la mayor sorpresa en 11,4 SUEÑOS LUZ es en la capacidad narrativa de Nicholas Avedon. Habilidad nada desdeñable si tenemos en cuenta que hablamos de una obra, repito, altamente atmosférica, donde dar más importancia al trasfondo en el que ocurre la acción que a la acción en sí durante 300 páginas sin tener que recurrir a la paja/relleno es digno de elogio.
Pues si, es curioso que a medida que pasamos páginas, la trama principal no deja de resultarnos difusa, no conseguimos visualizar un camino establecido, la línea recta que marcaría la historia desde un principio, pasando por un nudo y desembocando en su desenlace, pero no por ello nos arrebata el interés de su lectura. Muy al contrario, su trama sabe atrapar, arrojar esas pequeñas migas de pan y tenernos pendientes y atentos a que nos caiga la barra entera.  El retrato de un París futurista al que el tiempo no ha tratado nada bien, el de una población que prefiere cerrar los ojos a la realidad u ocultarse en mundos virtuales y experiencias ajenas y artificiales, donde la orden de conectarse es más necesaria para el hombre que la de respirar y donde incluso algunos tipos de "drogas inteligentes" son legales... Estos son solo unos pocos trazos de un cuadro complejo que el autor con su skyline literario nos ofrece.

Es una pena, en contra, que la visualización del concepto del cyberpunk de Avedon sea tan parcial. El escritor apenas se aleja del campo profesional de sus protagonistas, por lo que la visión de la Tierra del siglo XXIII no va mucho más allá de lo que ven los ojos de un director de sueños vividos. No es poco, pero uno desea saber más sobre todo lo que le rodea, su sociedad, política, ver que hay más allá del llamado "piso cero" y por supuesto quiere conocer la historia, qué ha pasado en los más de 200 años que nos separan de ese futuro imaginado. De nuevo, no lo digo tampoco como una pega intolerable, al contrario. Con esto quiero demostrar el valor imaginativo de la novela y el deseo que genera en el lector de querer profundizar en su trasfondo.

Lo que si veo como un error es esa aparente prisa que le entra a Nicholas por acabar la novela. Llega un punto en que los acontecimientos empiezan a descontrolarse y a sucederse uno tras otro, a veces incluso finiquitando asuntos pendientes sin molestarse en dar la menor explicación de como se ha llegado a ese punto. En contraste con el tranquilo ritmo con el que nos lleva durante aproximadamente las tres cuartas partes del libro, estas cosas se notan más de lo que debería ser normal y afea ligeramente un resultado final que podría haberse solventado añadiendo unas cuantas páginas.

Otro defecto que podemos encontrar, y este es más grave, es el trato que la historia da a la figura de la mujer. No es que esté reivindicando una trama feminista en 11,4 SUEÑOS LUZ, es que casi la totalidad de los personajes femeninos son tratados como damas en apuros o trofeo de conquista romántica (cuando no de meros objetos, y si, en muchos casos con connotaciones sexuales). El siglos XXIII parece reivindicar para la mujer una situación de sexo débil, y apenas vamos a encontrar personas de este género que no ejerzan profesiones encasilladas como actriz, modelo o prostituta. Y oportunidades de redimirse no faltan, pero cuando vemos la posibilidad de que una de ellas pueda salvar la situación, de hacerse un merecido hueco en el papel de heroína parece siempre truncarse y quedarse en un mero y burdo intento (Algunas pruebas narradas en la novela son pruebas de ello) ¿Quizá es que el futuro no ha sido solidario con la mujer a causa de un estancamiento de ideas patriarcales? Quién sabe, pero si estuviera en mi mano cambiar una cosa, solo una cosa de esta novela en pos de una mejora personal, sería sin duda la importancia del papel femenino en el argumento, siempre y cuando no haya sido intencionado, claro está.

11.4 SUEÑOS LUZ se apunta a la moda de las primeras entregas en forma de opening. Es decir,esos primeros títulos de una inminente saga que más que una novela en sí parece una larga introducción de la misma, una puesta a punto para lo que pueda venir en las próximas entregas. Así bien, Nicholas Avedon ha sabido crear un mundo rico en matices, original tanto por la propuesta como los elementos usados para crear la trama, elementos que por separado puede que no sean los más novedosos del mundo, pero que mezclados saben adaptarse a las exigencias del guión. Esperemos que una secuela pueda pulir un resultado final nada desechable, porque salvo desacuerdos nombrados, va por buen camino.

No podía irme sin mencionar el trabajo de edición del formato físico que Amazon ofrece a títulos como el presente: Inclasificablemente nefasto. Las cubiertas son del tipo Scotch Brite, es decir, que absorben todo lo que alcanzan. Si tocas dichas cubiertas con la mano ligeramente húmeda, la mancha va a quedarse ahí para siempre. Sin contar que son tan finas que lo recomendable una vez has terminado con el tomo, es ponerle encima una baldosa de varios kilos para devolverle a forma original. Una pena que trabajos así tengan que encuadernarse en formatos tan pésimos.

Reseña: HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González.

En los caminos se forjan historias. Unas llegan a las tabernas flotando como polvo en el viento, otras pasan de boca en boca entre los mercaderes o los viajeros solitarios. Pero algunas, las mejores, solo las conocen los mensajeros.

Keith el Cojo ama su trabajo, ir de aquí para allá entregando paquetes, cartas con noticias buenas y no tan buenas, conociendo nuevas caras. “Solo dime dónde ha de ir la mercancía y allí irá” es su sencillo lema. Aunque las cosas, al final, no suelen ser tan simples. Las adversidades parecen perseguirle, quién sabe por qué. Y los fantasmas, las civilizaciones perdidas… incluso alguna que otra criatura escupefuego.

Al final el mensaje siempre acaba llegando donde debe, eso sí. Y al morir el día, las penalidades merecen la pena con tal de acabar contando a su jefa una emocionante historia del camino.

Yo me pregunto, ¿Sufre el lector español algún tipo de estancamiento en la literatura fantástica?. No, no lo afirmo, pero es la sensación con la que uno acaba al comprobar las preferencias de los mismos, las cuales, aparte de suponer una especie de top ten colectivo (Que manía con crear listas de lo mejor de absolutamente todos los campos tienen algunos), los componentes parecen levantar muros fronterizos en sentido inverso. Es decir, damos la bienvenida y acogemos con un cálido abrazo lo que viene de fuera, mientras que el trabajo de nuestros autores es ninguneado o, al menos se le arrebata una importancia literaria a la que ni siquiera se le da la oportunidad de demostrar de lo que es capaz.

Tolkien parece haber pasado a la historia, las crónicas de Dragonlance solo son recordadas por aquellos que aun viven en las nubes de la irrealidad. La gente ahora hace búsquedas en una nueva ola de fantasía, aquella que antepone la supuesta profundidad de sus personajes a una buena trama y originalidad, que intenta explicar todo lo inusual, dándole al lector todo bien mascadito para que no se le indigeste (Si, al lector actual parece ser que cosas como la magia no pueden existir porque sí, tiene que haber una razón, un funcionamiento científico incluso). El lector busca sentirse más próximo al relato histórico que a lo que la fantasía debe ser: un cuento fictício.
La gente tiene miedo parece ser. Miedo de viajar a lugares desconocidos, de conocer nuevos juglares de su propia tierra que les narren historias que de seguro le cautivarían si se dejaran. Pero, ¿Para qué? La gente prefiere seguir esperando a unos vientos de invierno que parecen no llegar nunca y ni falta que hacen ya, mientras consumen cualquier chorrada que tenga que ver con su mundo favorito ¿Libros de recetas?,¿Filosofía sobre estilos de vida de sus personajes favoritos?,¿Cuadernos para colorear? Todo es bienvenido. Por suerte no son los únicos... algunos se preguntan que habrá sido de cierto asesino de reyes que no da señales de vida pero se conforman con cuentos sobre niñas con severos problemas mentales e historias insustanciales. Ejem.

España es una tierra rica en talento en muchísimos campos literarios, entre ellos la fantasía. Buena prueba de ello lo encontramos en autores como Alberto Morán Roa, Jesús Fernández Lozano, Juan Cuadra Pérez o Daniel Menéndez Cuervo. Sin olvidarnos del lado femenino de las letras, cuyos meritorios y elogiables trabajos nos han descubierto a autoras como Virginia Pérez de la Puente, Concepción Perea, Iria G. Parente, Selene M. Pascual o Victoria Álvarez. Sus talentos y visiones  personales de mundos fantásticos enriquecen un género que muchos por desgracia han preferido contemplar solo parcialmente.

Un catalogo de piedras preciosas  muchas de ellas al que buscar un hueco para Mariela González, porque HISTORIAS DEL CAMINO así la ha hecho merecedora.

Pero, ¿Qué tipo de méritos hace destacar una novela dentro de un género saturado, donde ser original es cada vez más difícil  y sin que la correspondiente editorial cubra las tapas del libro con frases tan directas y falsas como "Para seguidores de Juego de Tronos" o "Tolkien estaría orgulloso"?.

Puede que HISTORIAS DEL CAMINO no sea un culmen de innovación, aunque eso no quiere decir que pueda dejar de presumir de ello, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Es necesario contar cosas nuevas para que algo sea innovador? Bueno... la idea ayuda, para que vamos a engañarnos, Un mundo de rasgos definitorios nunca expresados, un punto de vista protagonista nunca visto antes, técnicas narrativas inverosímiles y poco comunes en el género, etc. Todo esto está muy bien, pero si no se mantiene un equilibrio, puedes terminar escribiendo un libro que tiene mucho de experimentación y nada de interés.

Mariela ha conseguido con su obra un equilibrio destacable entre lo clásico y lo nuevo, y lo hace con una de las premisas más importantes de la literatura fantástica y a la vez la que mas rápido parece que se está olvidando: La de que todo es posible cuando se trata de dejar volar la imaginación. Así, la novela se convierte en un caldero donde no se ve el momento de dejar de echar ingredientes, con cuidado claro, de que estos compaginen bien entre ellos, sin anteponer un sabor por encima de otro para crear una mezcla uniforme que, a través de elementos básicos, conseguir  contrastes totalmente nuevos.

Una novela donde su protagonista está destinado a constantes viajes llevando con él mensajes o paquetes promete al lector fuertes dosis de aventura. Si a esto le juntamos un mundo donde la magia fluye libremente y la traición y el peligro acecha tras cada esquina, HISTORIAS DEL CAMINO se convierte en un nido de influencias, pero capaz de hacer que cada escena leída parezca nueva y original. Sus tintes fantásticos recuerdan a obras fílmicas como Piratas del Caribe, Willow o el Vuelo de los Dragones, sin faltar hueco entre sus páginas para el drama, la comedia, la acción, alguna pizca de terror gótico y si, incluso la ciencia ficción y el retrofuturismo. Una mezcla de géneros y estilos que lejos de desentonar, convierte su lectura en una caja de sorpresas totalmente impredecible en un mundo ficticio y que, sin caer en la burda sátira, se asemeja tanto al nuestro.

Otro elemento que parece dirigir el desarrollo de la novela son sin duda los juegos de rol y los videojuegos. No es que quiera decir que esta es una de esas historias que "te hacen partícipe de la trama" (que mal usada esta ésta expresión en muchas ocasiones oiga), sino que su evolución de su protagonista y el transcurso de los acontecimientos genera un interés creciente y una necesidad de saber más que no decae en ningún momento. Y es que partimos de la más absoluta ignorancia: Mariela extiende un tablero, coloca una ficha en el centro y dice "Este es Keith, apodado el Cojo" y listo, sin introducción, ni tutorial ni nada que se le parezca daremos los mismos pasos que de Keith y los que le rodean descubriendo nuevos elementos y piezas que completan poco a poco en enorme rompecabezas, conoceremos personajes que solo están de paso o destinados a demostrar la importancia de sus papeles en la trama y, con ellos evolucionaremos en consonancia con el entorno que nos rodea. Y no es poco el tiempo transcurrido en la historia. Un tiempo que incluso en su abundancia se nos hace escaso para seguir al lado de sus personajes.

En historias como estas, en las que es costumbre ver a héroes invencibles, damiselas en apuros y malos jodidamente malos, Mariela llena su mundo creado de una población tan vulnerable como creíble. Los más valientes ceden ante las debilidades más humanas, las mujeres no necesitan caballeros de brillante armadura que las salven de las garras del mal, ya se bastan ellas solas. Alegría, tristeza, vulnerabilidad o determinación. Todos son elementos que los personajes que pertenecen a las HISTORIAS DEL CAMINO transmiten sin artificios ni lecturas apresuradas de guión.

¿Y cómo nos cuenta Mariela González todo esto? Por medio de una prosa cuidada y elegante, pero sin caer en la parafernalia innecesaria. Las aventuras de Keith el cojo y compañía nos describen un mundo tan amable como cruel, con un apartado visual destacable , sobre todo en las escenas de acción y en las descripciones de los numerosos paisajes que visitaremos en nuestros viajes, unos escenarios que son reflejados más en los sentimientos de quien los observa,en lugar de en la imagen que pretende evocarnos.

Quizá la mayor pega que encontramos en HISTORIAS DEL CAMINO sea un ligero desequilibrio entre la extensión y lo que se quiere contar en ella. Me explico: La novela se comprende de cuatro historias bien diferenciadas pero interconectadas entre sí, baza ésta a favor de la variedad. El problema es que cuatro historias en apenas 500 páginas ofrecen al lector una cantidad de información a veces indigesta, con lo que terminamos la novela con "efecto borrachera", es decir, que te lo pasas genial mientras dura, pero al final la resaca producida por los excesos es inevitable.

Resumiendo, HISTORIAS DEL CAMINO supone una de las propuestas más potentes dentro del género fantástico escrito en nuestro país. Una novela que catapulta a su autora al salón del merito y el talento, pero que por desgracia pasará desapercibida por culpa de las exageradas campañas de promoción a las que muchas editoriales grandes recurren para vender novelas que, en contra de lo prometido pasan por vista y mente sin apenas dejar recuerdos. Mariela González no es de esas. Sus historias perduran, y esta novela es una muestra de ello. Y también de que aún existen editoriales como Kelonia que apuestan por la calidad, aun escrita por un nombre que espero deje de ser desconocido para muchos en breve.

Si sois de los que aun dais oportunidad a los escritores de nuestro país y además disfrutáis de la fantasía bien tradicional, bien innovadora, memorizad bien la portada del libro y haceos con él la próxima vez que visitéis una librería, insensatos.

Reseña: BITÁCULA (DIARIO DE UN DESGRACIADO) de Héctor Cruz Benaque.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

BITÁCULA (DIARIO DE UN DESGRACIADO) de Héctor Cruz Benaque.

Bitácula es el diario de un escritor treintañero, frustrado, cocainómano y alcohólico que se mueve entre la genialidad, el nihilismo y la más completa indiferencia consigo mismo y con el patético mundo que le rodea. Su mejor amigo; un burgués decadente y mentiroso. Su casero; un canalla que controla a media docena de putas. Sus compañeros de piso; una pareja de narcotraficantes. Sin sueños, sin ilusiones, sin principios y con los bolsillos repletos de vacío ¿hasta dónde se puede llegar? Con unos diálogos que rebosan inteligencia e ironía, decenas de esperpénticas situaciones y unos inolvidables personajes, esta novela relata, con una prosa divertida, ágil y grosera, la vida de un hombre que es capaz de descender al infierno con una indolente y despreciable sonrisa de satisfacción que parece decir: «¿Por qué no me chupas la polla, imbécil?».

Fue a raíz de un tratamiento psiquiátrico (Si, hubo una época en la que necesité a un psiquiatra y no, no fue por ningún tipo de enajenación mental, sino por un sencillo brote de ansiedad derivado del ámbito laboral) que caí irremediablemente en las garras de la literatura. Creo que el especialista llegó a la brillante conclusión de que estaba cansado y aburrido del mundo real que me rodeaba, así que aprovechando el conocimiento previo de que de vez en cuando me gustaba leer algún que otro libro me propuso en un alarde de inteligencia y exposición de títulos universitarios que (redoble de tambor) ¡Leyera!. Vamos, que prácticamente me encargué de hacerle el trabajo.

La cuestión es que me ayudó, y me fue bien. Y hasta el día de hoy vivo sumergiéndome en una lectura tras otra, visitando nuevos mundos y planetas, luchando contra monstruos y villanos de turno, ya sea mediante imaginado armamento de tiempos futuros o a mandoblazos. Creo que con esto quedan claras mi preferencias genéricas, pero me he dado cuenta que de vez en cuando, aunque siga siendo por medio de la literatura, hay que poner de nuevo los pies en el suelo, echar un vistazo al mundo real y quedarme con lo peor como recuerdo. Quizá para retomar esos mundo ficticios con mas ganas, quizá para comprobar que en el fondo, nada ha cambiado.

Todos necesitamos de vez en cuando un buen bofetón de realidad, mostrarnos una panorámica de las cosas que son, las que no son y podrían haber llegado a ser. Lecturas que nos alejen de romances sentimentaloides, de bestsellers eróticos tan de moda, de catálogos del todo a 100 de los valores morales que ayudan a ponerte una máscara que nunca queda bien con la falsa esperanza de que los demás te vean mejor persona. Novelas paridas por el euro, con el único objetivo de ser consumidas y olvidadas en el mismo instante que pasas la última página. Así, BITÁCULA de Hector Cruz es una novela que llega en el momento oportuno para hacer un paréntesis, saludar al mundo real y darse con un buen canto en los dientes al darnos cuenta de que ¡Coño! tampoco estamos tan mal si nos comparamos con sus personajes.

La novela hace honor a su título (el motivo de por qué se ha usado el modo antiguo del termino bitácora solo su autor lo sabe) y nos presenta el diario de a bordo de un viaje que sin proponérselo Nacho, su protagonista, comenzó hace mucho tiempo. Un viaje a lo más bajo, a lo más profundo que el ser humano puede llegar a excavar en su propio mundo personal. Un día a día de un paria, un despojo de la sociedad que dice ser escritor pero que solo es capaz de narrar su exilio voluntario de una vida que no le pertenece a el, sino a sus adicciones.
Héctor Cruz nos anima a visitar una sátira y casi paródica ciudad de Zaragoza donde las drogas, la prostitución y la delincuencia en general es lo más común y donde todo lo demás pasa a ser considerado peculiar y extraño. No sería complicado encontrar un símil entre la atmósfera y los sentimientos que BITÁCULA intenta hacer aflorar en el lector con una de las sagas cinematográficas con peor gusto e innecesariamente largas que existen en el cine español. Obviamente me estoy refiriendo al reflejo podrido y burlesco de nuestro país en Torrente.
Ya solo por esta mención un servidor debería dar por concluida la presente reseña, y el que la lee llegar a la conclusión automática de que a libros como a estos no hay que acercarse si no es para prenderles fuego. Pero antes de sacar conclusiones precipitadas hay que tener en cuenta que no solo hay semejanzas, sino también diferencias, y por suerte en este caso éstas tienen más peso.

BITÁCULA es una novela sin historia central predefinida, es decir, que el protagonista no recorre un largo viaje en busca de un objetivo que haga que su vida dé un vuelco a mejor (porque a peor es imposible, vamos). Lo único a lo que Nacho aspira es a sobrevivir un día más, ahogado en alcohol, drogas y deseos lascivos... algo que le haga sentirse vivo, por muy perjudicial que sea para él. El autor, de este modo convierte este diario en un retrato de la España más censurable y vergonzante, esa que ni programas como Callejeros se atreve a mostrar al público. Hector no escatima en ridiculizar y parodiar un ambiente ya difícil de teatralizar como burla por medio de escenas y situaciones que rozan lo absurdo, diálogos (cortantes como serruchos oxidados e igual de peligrosos) en conversaciones que por mucho que tiendan a exagerar en lo tocante a temas ridículos no podemos evitar sentir cierta sensación de veracidad y déjà vu.

Cómo no, el humor será una constante a lo largo de la trama, un humor chusco, de dudoso gusto y menos ética, de ese que hay que administrar en dosis calculadas porque si no corres el riesgo de que la obra termine pareciéndose a un capitulo de La que se Avecina, que al principio puede hacerte gracia, pero poco a poco la va perdiendo , ya sea por abuso en la repetición del mismo chiste o por la perdida absoluta de un interés que no quiere risas demasiado fáciles, que hace que terminemos cambiando de canal. No estoy diciendo que a medida que avanzamos en BITÁCULA ésta vaya perdiendo fuelle en lo relacionado con la comedia, pero indudablemente las primeras muestras de humor en esta historia son mucho más llamativas y por consiguiente recordadas que las posteriores. Eso, o el nivel dramático va en aumento, sustituyendo la diversión por la preocupación.

Pero si hay algo que marque la diferencia entre una buena lectura y una perdida de tiempo convertida en libro, que separa la novela de la vulgaridad de las muestras televisivas anteriormente citadas es sin duda la voz del protagonista.
Resulta preocupante comprobar como Nacho, un sujeto que desde el primer momento sabes que se merece todo lo malo que le puede pasar porque él solito se lo ha buscado teniendo otras opciones, que es la fotografía de ejemplo de definiciones como borde, vago, parásito, lacra social, antipático... termina resultando hasta enternecedor y llegamos a sentir un amago de lástima por él. Aunque no cuesta mucho trabajo darse cuenta del por qué. Su visión del mundo, esa narrada en primera persona a modo de diario, ese viaje a través de su propio abismo, alterna una prosa directa como un puñetazo en la boca con pasajes que se absorben de manera casi poética, trasladando en palabras la belleza de lo más repugnante, mugriento y peligroso, encontrando la inspiración en el fondo de un vaso de tequila, en un condón usado o en una jeringuilla con restos de heroína. Héctor convierte la indiferencia de las situaciones en una oleada de emociones sentidas (y sufridas). Muchas más sensaciones que pasamos por reales de las que pueda inspirar a alguien con dos dedos de frente el famoso policía corrupto seguidor del Atlético de Madrid.

Pero seamos francos. BITÁCULA no va a ser tu libro de cabecera ni difícilmente saldrá en cualquier conversación sobre literatura mínimamente civilizada. Su abundancia en fragmentos sobre drogadicción y pornografía amateur sin razón de ser resulta hasta excesiva. Tampoco ayuda la ausencia de una trama que mantenga o incluso inicie un mínimo de intriga, ni la caricaturización de personajes y escenarios a favor de crear un entorno en el que ser un despojo social es lo ordinario (prácticamente todos los personajes con los que Nacho se cruza en sus vivencias tienen problemas con el alcohol, las drogas y disfrutan del sexo más sucio, como si lo que entendemos por sujeto ordinario no existiera). Pero Héctor Cruz ha creado, por mucho que pese a algunos, una novela que cumple de sobra el objetivo de entretener, un libro muy divertido en algunos pasajes y terriblemente emotiva en los capítulos donde no es el cerebro de Nacho el que habla, sino su quebradiza alma, unos fragmentos que nos hace imaginarnos cómo sería una novela del mismo autor dirigida a un ámbito más serio.
No, no estoy diciendo que BITÁCULA sea un despiporre de humor y no toque temas serios. Es evidente que entre sus páginas y capítulos hay una escritura que nace de la rabia, del desahogo y de ganas de mandar a tomar por culo al mundo y a todo ser vivo que se arrastre en él. Y como resultado lo que vamos a encontrar es el formato encuadernado de esos pensamientos que evocamos todos y cada uno de nosotros cuando paseamos por callejones oscuros o un sujeto consumido nos pide una moneda para comer pero rechaza nuestro ofrecimiento de comprarle tu mismo un bocadillo.

BITÁCULA te invita a un chute lleno de placeres y sufrimiento reales, sin héroes ni princesas, solo drogadictos y putas.


Reseña: EL SUICIDA IMPERTINENTE de Juan Luis Marín.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL SUICIDA IMPERTINENTE de Juan Luis Marín.

IMAGINA QUE UN DÍA RECIBES UNA CARTA.
IMAGINA QUE QUIEN ESCRIBE ESA CARTA TE CONOCE MEJOR DE LO QUE CREES.
MUCHO MEJOR.
Y QUE VA A CAMBIAR TU VIDA PARA SIEMPRE.
SIN QUE PUEDAS HACER NADA PARA EVITARLO.
ABSOLUTAMENTE NADA.

Así comienza una pesadilla que llevará al protagonista de esta historia más allá de la cordura en un viaje donde pasado y presente se conjuran para crear un futuro tan negro como el secreto que ha mantenido oculto durante diecisiete años.
Un secreto que comparte con alguien que, incluso después de muerto, hará todo lo posible porque salga a la luz.
Sin importarle quienes mueran en el camino…

Que si, que estoy de acuerdo en que las etiquetas deben existir, que es necesaria una guía, por básica que sea, que ayude a que tomemos el camino correcto y/o buscado. Pero debemos admitir que a veces la información que da una u otra etiqueta es tan ínfima que convierte un viaje que se supone debe estar lleno de sorpresas y nuevos descubrimientos en una monótona y aburrida línea recta carente de emociones, un viaje rutinario como el que se realiza todas las mañanas montado en un autobús camino al trabajo. ¿Dónde están los atajos, los cambios de ruta imprevistos que nos desvela nuevos paisajes que hasta entonces ignorabas que existían?
Quizá el campo de la literatura es uno de los más perjudicados  por la necesidad del uso de estas etiquetas, aunque irónicamente somos incapaces de imaginarnos sin su ayuda constante. Todo esto suena muy evidente, pero no falta gente que cree que la ciencia ficción son solo naves espaciales y alienígenas, que el género de terror siempre tiene que tener montañas de muertos de por medio o que en los mundos de fantasía tiene que haber elfos por cojones. La gente tiene miedo de perderse en el bosque de los libros, de arriesgarse a meterse por caminos oscuros y misteriosos y, en consecuencia de llenar sus lecturas de descubrimientos y de darse cuenta de que no todo es lo que parece y que no existen (o no deberían existir) normas impuestas, ni siquiera a la hora de etiquetar a un libro en un género en concreto. Por suerte aun existen autores que convierten cada nueva obra suya en martillos que rompen los moldes establecidos y transforman sus novelas en mucho más que "un libro mas de X género".

Juan Luis Marín fue uno de esos autores por los que, gracias a sus novela MALDITA NOSTALGIA me descubrió la bastedad de un género como es el Thriller y la novela negra, una historia donde la venganza se mezcla con un río de recuerdos y desemboca en un lago de sangre. Una obra emotiva, violenta y que demuestra que no siempre las historias policíacas tienen que estar expresamente protagonizadas por un policía o detective de turno sino que, como expresa su nombre, basta con un filtro negro en nuestra visión para crear una historia urbana que puede tocarnos muy adentro.

EL SUICIDA IMPERTINENTE es su trabajo más reciente y, aunque el cambio de registro es palpable en comparación con el de su anterior libro o ALMAS GRISES, no da motivo para que te acomodes puesto que esta bala salida de la recamara de la mente de Marín ha sido disparada con igual fuerza, y cuando te impacte te va a doler, vaya si va a doler.

El escritor nos da de nuevo la bienvenida a la ficticia pero sospechosamente reconocible ciudad de La Capital, ciudad como tantas otras (Añorada Lantana) que expone en sus escaparates un reflejo deformado de quien lo mira haciendo ver lo peor de sí mismo, llena de maquinas expendedoras que distribuyen dolor a cambio de sueños rotos  y cuyos habitantes de rostros tan grises como sus almas y manos manchadas de rojo pasean impunemente por sus sucias calles. Si, la misma ciudad que visitamos en las anteriores obras de Marín nos vuelve a recibir con los brazos y una malévola sonrisa.

No obstante, en esta ocasión no nos vamos a encontrar la tradicional historia de venganza tipo "Yo contra el mundo", más bien la linea argumental de EL SUICIDA IMPERTINENTE termina convirtiéndose en todo lo contrario. Sigue siendo un macabro juego del gato y el ratón, pero esta vez el felino no tiene donde esconderse y los roedores son legión. O así es como debe sentirse el protagonista de la obra tras recibir la carta de un suicida que hará que su vida cambie para siempre. Y no para bien precisamente.

El demoledor inicio de la novela no es un cebo para peces que atrae al incauto lector en la trama, sino que alcanza el nivel de una trampa para osos. Una vez hayas leído los primeros capítulos, aquellos que te ponen en antecedentes, estarás perdido. Su ritmo hace que la lectura no solo no decaiga en ningún momento, sino que absorbe de tal modo que no es de extrañar acabársela de una sola sentada. Pero no solo es dicho ritmo lo que convierte a los libros de Juan Luis Marín en lo que son: palizas y ensañamiento a nuestras tristes almas... para luego pedir más.

El hecho de que el nombre del protagonista no sea pronunciado en ningún momento provoca una peculiar interacción con la manera en que la historia es asimilada, puesto que la primera persona en la que es narrada se funde con una velada segunda, siendo tú mismo el que en apariencia cuente los acontecimientos y, por consiguiente hacerlo todo más sentido y personal, sensación que se ve acrecentada además por las numerosas referencias y menciones a las alocadas décadas de los 70 y 80 (Esa generación X, contagiada del afán de grabarse un nombre en la historia, los jóvenes de walkman embutido en vaqueros ajustados y litrona en mano) que nos contagia cierta complicidad y aflora en nuestros rostros alguna que otra sonrisa.
Sonrisas que no es raro que se conviertan en carcajadas. EL SUICIDA IMPERTINENTE rezuma un humor negro que impregna sus diálogos y envenena acciones y palabras y convierte a sus personajes en auténticos hijos de puta henchidos de ironía y mala baba, con una puñalada verbal siempre lista. Un humor corrosivo que no quita su lugar al drama y a la crítica...

Esta obra no trata solo de ver como alguien le hace la vida imposible a otro después de muerto. Martín nos traslada aquí a una época en la que todos hemos pensado que nada malo puede sucedernos, en la que triunfar, ser el mejor o al menos tener un destacable reconocimiento adquiría una importancia que eclipsaba una realidad que pensábamos que solo le ocurría a los demás, nunca a nosotros. Esta novela trata sobre un viaje al interior de uno mismo con el objetivo de descubrirse, de saber elegir entre el conformismo y el éxito personal, de encontrar un sentido a la existencia, un motivo para dar el siguiente paso... pero no solo eso, sino aprender a hacer con decisión y deseo.

EL SUICIDA IMPERTINENTE es también un libro sobre la familia y las amistades que creemos que durarán para siempre, de lazos y promesas que imaginábamos irrompibles y terminaron resultando tan frágiles como el papel. Encontramos pues un retrato realizado con el mayor detalle que nos muestra la madurez y, emulando una de las escenas de la novela, asistimos en su lectura a un funeral para dedicarle unas palabras y un último adiós a una fosa común donde tarde o temprano terminamos enterrando nuestros sueños y esperanzas de que nuestras vidas sean como las de los héroes de nuestras películas favoritas, de que el tiempo, el destino o el mismísimo diablo no destruya las amistades de nuestra juventud, que la "pandilla" dure para siempre. Un hasta siempre a los excesos, a la falta de responsabilidades, a ser el rey del mambo. Para terminar convirtiéndonos en un grano de arena más en un inmenso desierto.

Por supuesto, por encima de todo, EL SUICIDA IMPERTINENTE es un thriller, una frenética carrera contrarreloj en busca de respuestas sin poder evitar dejar un rastro de cadáveres , vidas rotas y nuevas preguntas sin resolver a nuestra espalda. Juan Luis Marín utiliza la intriga con gran maestría, haciéndonos dudar de todo y de todos, sospechando de la culpabilidad de todos en una lectura en la que cualquier linea puede resultarnos reveladora o devolvernos a la casilla de salida. Y todo lo hace con su estilo mordaz y directo, con una letra que es capaz de crear contrastes de dulce y salado, picante y amargo. Un plato exquisito a la par de exótico en definitiva.

Si no conocéis la obra de Juan Luis Marín, esta novela es un magnífico punto de partida para conocer su mundo y su talento a la hora de hacérselas pasar putas a personajes ficticios pero tan tridimensionales que pueden compartir contigo cada golpe o caricia. Otro gran acierto y otra prueba de que la novela negra puede entusiasmar a cualquiera que nunca ha sentido la llamada de dicho género, porque ¿Para qué están las etiquetas sino para pasárnoslas por el forro de los cojones?

Reseña: SUCESOS EXTRAÑOS de VV.AA.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

SUCESOS EXTRAÑOS de VV.AA.

Ocho homenajes a Stranger Things. 

Ocho maneras de plasmar la década de los 80 en España. 

Ocho historias de terror, fantasía y ciencia ficción. 

Ocho reflejos ambientados en la época donde las bicicletas BH, los juegos de Spectrum, las series como MacGyver o el Equipo A, y la música, eran el eje central de nuestras vidas.

A estas alturas la mayoría de vosotros conocerá la existencia y repercusión de usa serie que ha supuesto uno de los mayores aciertos de Netflix. Me refiero por supuesto a la serie Stranger Things.

Hay quien ha hecho de esta serie, con solo una temporada emitida, una instantánea referencia de culto. Otros en cambio critican la nula manera de disimular sus influencias para convertirlas en sus principales atributos, que si el homenaje a clásicos de cine de ciencia ficción de los 80 son descarados, que si aparentemente aprovecha una nueva moda que nos devuelve a dicha década.
Lo que si es cierto es que los que hemos vivido esa época en nuestra infancia/adolescencia recordamos muchísimos detalles con cariño y es inevitable que obras televisivas como Stranger Things, Tubo Kid o Kung Fury y literarias como la obra de Ernest Cline nos devuelvan fragmentos perdidos en el tiempo y sintamos el regusto de un Bollycao en nuestro paladar, sonriamos con nostalgia recordando aquellas tardes perdidas viendo dibujos animados y por supuesto nuestros momentos más inolvidables junto a nuestra pandilla, con la que cada tarde era como una aventura en la que nos jugábamos la vida y nuestra única recompensa tras heroicidades (locuras y travesuras) que aplaudían nuestros amigos era un castigo que duraba todo el fin de semana.

Ya sabíamos que no teníamos que esperar demasiado tiempo para ver como este amor por los tiempos del walkman, las hombreras y los cardados capilares se contagiaba a la rama literaria y retomaba las aventuras de grupos de niños y adolescentes enfrentándose a sus peores pesadillas: Monstruos, alienígenas, conspiraciones mundiales... todo valía entonces para dejarnos pegados al sofá viendo películas de argumentos inverosímiles, música tecnopop y chavales a los que aun no les ha cambiado la voz haciéndoselas pasar canutas al mismísimo ejercito de los Estados Unidos. ¿Por qué no van a poder valer los mismos ingredientes actualmente para disfrutar de una buena historia?.
Así es como la editorial Apache ha sido la que ha dado el pistoletazo de salida con SUCESOS EXTRAÑOS, rindiendo homenaje a la serie de Netflix y por consiguiente a la generación del EGB, reuniendo a 8 escritores y otros tantos ilustradores para, como si de fantasmas del pasado sacados de una navidad con Dickens, nos muestran fragmentos de aquellos tiempos, cargados de elementos que facilitan más si cabe nuestra conexión con el entorno. Todo ello por supuesto, aderezado con multitud de reminiscencias al terror, la ciencia ficción y, en general, la fantasía que ha creado esas grandes obras llenas de una magia que, si bien no es ni mejor ni peor que las de la actualidad, sí es irrepetible, por mucho que series como Stranger Things se hayan acercado a ello.

Nuestro primer viaje al pasado lo hacemos agarrados de la mano de David Jasso y su relato LA POZA, ambientado en esas festividades locales que vieron crecer a nuestros padres y más tarde a nosotros y que muchas veces supusieron el punto de partida de nuestra adolescencia, donde las posibilidades de mezclarnos entre adultos y vivir sus emociones, entre ellas por supuesto, el primer amor. Relato muy ambiental, lleno de detalles que ayudan al recuerdo, aunque algunos parecen puestos de manera forzada y artificial. Ahora bien, debe ser que siempre espero mucho de este autor, pero argumentalmente la historia me ha resultado un tanto descafeinada, con demasiadas carencias como para poder aceptarlo como una trama completa y no como lo que parece: un prologo de algo más grande. Eso si, no decepciona a la hora de crear tensión y aportar macabros detalles de última hora.

OJOS de Dioni Arroyo es uno de esos relatos de argumento tan reciclado que pasa casi desapercibido. La escasez de referencias de la época que rememora la antología hacen que parezca casi introducida con calzador, o al menos deja la sensación de que podría adaptarse a la fecha actual sin cambiar nada. No obstante, como historia clásica de fantasmas  funciona relativamente bien, no tanto los actores que participan en ella, con lineas de diálogos a veces forzados y momentos demasiado, digámoslo así, oportunos y casuales.

Carlos J. Lluch se toma muy en serio eso de hacernos viajar al pasado y más todavía la de crear una historia original y emocionante. RECUERDOS es un relato ágil y potente que mezcla diversos géneros como el terror y la ciencia ficción  y la cubre con un velo de misterio y nostalgia. Uno de los cuentos que mejor captura el espíritu de la serie a la que hace homenaje esta antología. Puede pecar de cierta previsibilidad a partir de cierto punto de la trama, pero no por ello se le resta fuerza al impacto final.

Los Goonies, Una Pandilla Alucinante, más recientemente Super 8... muchos de los clásicos de nuestra infancia destacan por encima de todo por el papel fundamental de la amistad, y en la idea de que sus protagonistas son capaces de todo, incluido arriesgar sus propias vidas por sus amigos. Esta idea es heredada de nuevo por Alberto. M. Caliani en EL CASERÓN  RATZEBURG, una historia que recoge una trama que en nuestra adolescencia nos asombraba pero que hoy puede resultar un tanto pulp y desfasada para algunos. Cruel y emotiva a partes iguales, homenaje a ese cine chusco de mutantes que aun hoy sigue sorprendiéndonos.

Lo que empieza con una de las canciones más conocida de The Doors termina con una mirada atrás más al cine de los 90 que al de los 80. LA GENTE ES EXTRAÑA de Daniel Gutiérrez es un relato con el que es inevitable rememorar cierta cinta de culto que nos dio Robert Rodrigez, The Faculty. De ritmo frenético y dosis sobradamente saciantes de gore, Daniel nos trae su gamberra versión de una invasión extraterrestre sin innovar un género tan colapsado como es el terror, pero ofreciendo un rato entretenido y salvaje.

POR MIL PESETAS de Marta Junquera traslada una trama similar  a la que usó el rey del terror (bajo su pseudónimo) en uno de sus primeros trabajos a nuestra tierra patria y su ambiente. Estamos ante una colección de referencias de reconocimiento general, mezclando cultura pop con folclore en un cóctel que da como resultado mezclar Cuenta Conmigo con Arrastramé al Infierno. Deliciosamente cruel.

Sin duda los videojuegos tuvieron un especial protagonismo en una sociedad y una época que funcionó como prólogo a la era de la información. Javier Castañeda de la Torre ha querido rendir su peculiar homenaje a los orígenes del entretenimiento virtual  encerrado en cassette con NORA A TRAVÉS DEL MONITOR y se convierte automáticamente en mi relato favorito de ésta antología. No solo porque la temática en la que gira la trama me toca muy de cerca, sino porque ha construido con él un relato angustioso, intrigante y lleno de tensión. fantásticamente hilado, parece el resultado de una versión macabra de La Historia Interminable que se disfruta de principio a fin y solo deja el lamento de no haber durado más.

Finaliza el recorrido por recuerdos inmortales siendo protagonizado por otra criatura igual de inmortal. EL PRISIONERO de David Luna recupera otra de esas influencias que guió a muchos de nosotros por el camino de la fantasía, esta vez la mas oscura. La figura del vampiro es tratada aquí como un ser tan frágil como letal. Bien estructurado, original, termina sufriendo el mismo defecto que el relato de Jasso, que se queda corto y deja muchísimos cabos sueltos que podrían haberse solventado de haber sido más extenso.

Así pues, los 8 relatos que componen SUCESOS EXTRAÑOS forman como suele ser habitual en las antología escritas por varios autores, una montaña rusa de emociones con sus subidas y también por desgracia con sus bajadas. No obstante, y creo que esto ha quedado claro a lo largo de la reseña, si has vivido y disfrutado los 80, si perteneciste a la generación que prefería una partida de rol o los cómics al fútbol, si Stranger Things te ha llenado el estomago de mariposas y necesitas que alguien te demuestre  que esta década puede abarcar en su interior historias de todo tipo que pueden emocionar tanto entonces como ahora, estas ante un título imprescindible.

No me olvido de los magníficos trabajos artísticos por parte de Adrian Celemín, Begoña Fumero, Daniel Medina, Cristina Vaquero, Amelia Sales (gran descubrimiento), Juapi, Pablo Domínguez  y Edu Quizá (Muy atentos a este portadista en el futuro).

Reseña: LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS de David Jasso.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS de David Jasso.

Esta novela, aunque inspirada en hechos reales, es una novela de ficción. Y como tal debe considerarse.

Pero está estudiada y diseñada para afectar anímicamente al lector de forma extremadamente intensa. Por eso se advierte de que el contenido del libro puede modificar su percepción de la realidad, alterar su personalidad en diversos grados y producir variados efectos perniciosos.

Tanto el editor como el autor no se hacen responsables de dichos efectos y rechazan su responsabilidad de forma expresa, pero no exclusiva, en posibles delitos de inducción al suicidio, apología de la violencia y/o esvilamiento.

El lector comprende y asume el riesgo que supone embarcarse en la lectura de “Lo que ves cuando cierras los ojos” reconoce que ha sido avisado de los peligros que conlleva.

Aquellas personas que duden, aunque sea levemente, de su equilibrio mental, hayan sufrido (o reprimido) brotes de violencia o muestren tendencias suicidas no deberían leerlo. Ahora, si de verdad crees que estás cuerdo, cierra los ojos y empieza a descubrir lo equivocado que estabas.

David Jasso juega con los límites de la narrativa para configurar una historia intensa, malsana, perturbadora y enfermiza que te marcará para siempre.

Vais a permitirme que lance una pregunta al aire. No, no os preocupéis, lo último que quiero es que empecéis a quemar energías nada mas entrar en mi humilde blog. Es más, posiblemente ésta sea la pregunta más fácil que os encontraréis a lo largo del día:

¿Por qué leemos novelas de terror?

¿Veis como es fácil? Seguramente no os ha hecho falta ni darle al botón de arranque de vuestro cerebro para responderla, y habéis dejado que sea vuestra parte obvia la que tome la iniciativa y responda casi antes de haber formulado la pregunta algo así como: Porque me gusta. Vale si, acepto la respuesta y entono el mea culpa por haber simplificado tanto la pregunta. Permitidme volver a intentarlo:

¿Por qué nos gusta leer novelas de terror?

Supongo que aquí los más eruditos recurrirán a retocadas respuestas como que este tipo de historias pueden transportarte a mundos y mostrarte criaturas que ponen en juego nuestra cordura, merito que se le suele atribuir a autores como H. P. Lovecraft y su horror cósmico. Tampoco faltará el que encuentra un sentido crítico y metafórico a todo, asociando a los zombis con ideas capitalistas o la alienación de la mente humana, o juzgando a la religión y la fe en historias de fantasmas o psychokillers que usan textos sagrados como manual de instrucciones. Y así podría seguir un buen rato, pero creo que la idea más básica, la primera respuesta que se nos suele pasar por la cabeza ante mi anterior cuestión es muy simple: porque nos gusta pasarlo mal.

Pero, ¿Estáis seguros de la lógica de dicha respuesta? Me explico: Para contar historias de miedo en la actualidad casi siempre se recurre a un terror especulativo que se basa en un "¿Y si...?". ¿Y si cojo un objeto y le endilgo una maldición que mate a todo el que interactúe con él?, ¿Y si me saco de la manga un monstruo que vaya atacando y descuajeringando a todo ser viviente que se cruce en su camino?. Y suma y sigue... Así que ¿De verdad crees que te gusta el terror porque te gusta pasarlo mal?, ¿No será que realmente te gusta que sean los otros (Los personajes) los que las pasen canutas?
Al fin y al cabo, tu no dejas de ser un mero espectador, tu salud está garantizada porque sabes que, como decían tus padres, "Todo es mentira, no es sangre, es ketchup". En resumen, no te gusta pasarlo mal, te gusta ver como los demás lo pasan mal.

Así, me atrevo a asegurar que la obra literaria de David Jasso no está hecha para los que disfrutan haciendo que sufren mientras leen, sino para los que necesitan sentir esa maldad detrás de su propia piel.

Novelas como LA SILLA, DÍA DE PERROS, FERAL, EL PAN DE CADA DÍA, DISFORIA, la antología de relatos ABISMOS o la escrita a cuatro manos junto a Santiago Eximeno CAZADOR DE MENTIRAS, desgarran los estereotipos de la tradicional historia de miedo y alcanzan niveles emocionales pocas veces experimentados. Pero cuando es el libro el que juega contigo, el que pasa las páginas de tus recuerdos, experiencias y temores como hace LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS, es cuando hablamos de una lectura no solo inspiradora, sino peligrosa.

Partamos de la interpretación que Jasso hace en su última obra del concepto de terror. La novela no explota las ideas del género (sangre, muerte y destrucción), al menos no más de lo que solemos contemplar cada día en la sección de sucesos del periódico o el telediario, pero llevado a un nivel de empatía que no solo te convierte en espectador y sufridor testigo, sino en cómplice y parte de la locura de sus protagonistas. y es que ese es el tema en torno giran los acontecimientos de LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS: La locura, latente en cada uno de nosotros que pugna por salir, abriéndose paso con garras afiladas y colmillos cariados, desgarrando todo lo que encuentra a su paso, ya pertenezca a nosotros mismos o a otros, porque, ¿Qué puede producir más miedo que un monstruo que suponga una amenaza mortal para lo que creemos inocentes? Muy fácil: Saber que ese monstruo eres tú.

No es la primera vez que uso el siguiente símil, pero esta novela me obliga una vez más a utilizarla, y esta vez con más razón que nunca.

En un mundo donde la hipocresía y el cinismo hacen florecer mentiras encuadernadas llamadas libros de autoayuda, destinados únicamente a difundir falsas esperanzas y a cambiar la desesperación de algunas personas por un bolsillo un poco más lleno para editoriales y falsos escritores, Jasso redirecciona la lectura de su trabajo convirtiéndolo en la antítesis de esta idea, en el anticristo del confort y vil reflejo de lo moralmente correcto. De este modo estamos ante un libro no solo autodestructivo, que vendría a ser lo contrario que la autoayuda, sino que también busca la satisfacción del lector, pero atravesando las barreras que impone una sociedad presa de la ética y las buenas y aprovechables costumbres, contemplando una parte de sí mismo que no está seguro de querer conocer de una manera que tiene claro que no desea, cayéndose al salvaje río que es su trama y sintiéndose arrastrado a un incierto final sin una rama o saliente al que agarrarse.

la lectura de LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS es una experiencia multifaceta, casi interactiva en ciertos pasajes, un libro que cuenta la historia de varios personajes pero que también invita a que cuentes la tuya propia y/o te sientas identificado con ellos. Cada capítulo (Los cuales a veces no siguen un orden establecido) puede suponer una aventura llena de experimentación donde Jasso juega tanto con el apartado visual como el perceptivo. Secuencias a cámara lenta o en pausa, enfoques imposibles, narradores que interactúan contigo y te ponen a prueba, relatos cortos, ensayo, un ir y venir entre los pensamientos de los distintos protagonistas, hasta juegos con la ortografía... todo termina conformando un mapa donde la equis marca el lugar de un tesoro que nosotros mismos hemos enterrado y recorremos el trayecto previo de manos de un guía que no puede presumir de generar confianza o buenos augurios, eso sí, manteniendo un carácter humorístico más negro que su alma.

Pero David Jasso sí puede presumir de otras cosas. Entre otras de ser uno de esos autores que cada vez escasean más con etiqueta propia y una pluma que derrocha personalidad. Desde LA SILLA, que supuso su desgarradora carta de presentación, hasta su última aportación en nada menos que la editorial Valdemar con DISFORIA, el zaragozano ha hecho del miedo su arma predilecta, un miedo que alimenta con escenarios y situaciones claustrofóbicas, usando elementos nunca desconocidos por el lector sino todo lo contrario, muy presentes en la rutina y sus costumbres. Puedes notar que otros escritores se sienten como patos  nadando en un inmenso mar, sin rumbo sin saber cómo llegar a tierra. Jasso en ese mismo mar sería un tiburón, acechante, capaz de oler tu miedo y sentirlo, y por supuesto lo aprovecha, usándolo en tu contra, haciendo que revivas miedos que creías haber dejado atrás, fantasmas que pensabas que solo tu podías ver pero que aquí se demuestra que no, que la mente colectiva es mas simple de lo que aparenta ser. Estamos ante una obra en la que el autor no evita el uso del tópico que creemos personal e íntimo, sino que hace gala de su conocimiento, asustándonos con tales revelaciones... Es como esos memes de Internet que describen hechos y acciones con las que reaccionamos con una sonrisa y un "Ja ja ja, es verdad, yo hago/hacía eso". LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS te arrebata la poca intimidad que crees conservar, te arranca de la butaca de espectador y te introduce casi a la fuerza en la trama.
Los personajes que pueblas sus obras tampoco se quedan atrás. Hablamos de sujetos reconocibles, vulgares, de "a pie". Personas normales asomándose a su propio abismo, descubriéndose a si mismos como víctimas y verdugos en la mirada que la oscuridad les devuelve.

Veo necesario insistir en que LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS toca temas tan delicados como la depresión, el suicidio, la obsesión y sobre todo la locura, temas de fuerte capacidad mutante dependiendo de quien lea la novela, lo que la convierte en un relato no destinado a masas, a los que asocian terror únicamente con Stephen King o relatos de muertos vivientes, sino para los que son capaces de descubrir que el mundo real y los demonios que cada uno encerramos en nuestro interior, presos con más o menos cadenas pueden ser más terribles que lo que cualquier mente ingeniosa pueda sacar de lo sobrenatural. Así que no, no esperes momentos  escabrosos cargados de tensión que tanto abundaban en DISFORIA, o el gore desenfrenado de aquel experimento literario llamado FERAL. No pienses que ésta vez Jasso te lo va a dar todo mascadito para que te limites a ir del punto A al punto B sin escalas. No estas ante una historia de terror de ese que te mola porque te gusta pasarlo m... que los demás lo pasen mal.

Me atrevería incluso a afirmar que si ésta obra hubiera estado firmada por uno de esos escritores de "miedo convencional" y se hubiera redactado con la forma convencional de una novela, estaríamos ante una lectura amena, pero que pasaría por nuestra mente como muchas otras, como una brisa sin importancia de la que olvidarse pronto. Pero joder, hablamos de David Jasso, con el que nada es convencional, capaz de convertir lo anecdótico en una trampa, una caricia en algo insano.

Si LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS es otro de sus experimentos, sin duda es de los que incumplen cualquier normativa ética, moral y sanitaria, un placer prohibido... ¿Y acaso no existe nada más atractivo y que incite a la curiosidad que aquello que nos prohíben?

Mientras tanto, tu puedes quedarte con tus monstruitos de ultratumba, tus payasos diabólicos y cintas de video snuff protagonizados por niñas y pozos mientras dices "uuuh, que psicológico es todo, que miedo, que mal lo paso".


Reseña: MONTAÑA RUSA de Fernando López Guisado.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

MONTAÑA RUSA de Fernando López Guisado.

Primera incursión oficial en la narrativa del conocido poeta Fernando López Guisado. Un grueso volumen que reúne veintiocho relatos de temática oscura en el que el concepto de monstruo se aborda desde una perspectiva ambivalente de ternura y crítica como referencia enfrentada con el propio ser humano y sus miserias interiores. Con una prosa cuidada y rítmica en un estilo variado, que alterna el lirismo más delicado con una pulsión profundamente gamberra, los cuentos que componen Montaña rusa suponen un viaje trepidante repleto de humor a una realidad oscura e irónica reconocible en su cotidianidad, tan dulce como amarga, capaz de dejar atrapados a los más indiferentes. 

Si algo he aprendido a lo largo del tiempo que llevo disfrutando de la literatura es que no se puede dar por hecho nada eternamente, ni siquiera los gustos de uno mismo.
Desde crío siempre he sido seguidor del género de terror, pero no con los libros como mi principal guía, sino con el cine, y no con películas o personajes cuyo tormento puede contarse como una macabra pero bella fábula como puede ser Nosferatu o Frankenstein, sino con psicópatas que no paran de volver a la vida porque hasta en el mismísimo infierno están hartos de ellos. Descubrí a una edad muy temprana las más terribles de las muertes y sus a veces humorísticas maneras de provocar miedo con Freddy Krueger, Jason Voorhees o los Critters.

No es de extrañar que unos comienzos así forjaran unas preferencias en el género que siguieran una dirección más cruda, directa, sanguinaria y moderna que la de clásicos de la Hammer o las supuestamente escalofriantes miradas de Bela Lugosi.  En la literatura esto no era muy distinto, y optaba por historias de fácil entendimiento donde el monstruo de turno era descrito hasta el mínimo detalle en lugar de ser simplemente insinuado... vamos, que prefería leer a King en lugar de a Poe, Lovecraft, Maupassant... y de más difuntos autores que pueblan colecciones célebres como las de Valdemar.

Pero como he dicho, todo cambia. Lo tiempos, las preferencias, los prejuicios... incluso la forma de de entender el terror, tanto de quien lo sufre como del que crea dicho miedo. No sería la primera la primera vez que lanzo una puñalada en forma de crítica negativa a escritos cuyas ideas son más que aceptables, pero la ejecución está tan cargada de florituras innecesarias, lenguaje de otra época, adornos del todo a 100 que, pese a ser descaradamente evidente que son usados para ocultar las carencias del escritor, terminan perjudicando el resultado final en lugar de mejorarlo.

Por suerte no todos son así, y obviando a autores  clásicos anteriormente  mencionados, existe quien es capaz de ofrecer emocionantes relatos que narren temas trágicos y macabros y llenen con su imaginación escenas escalofriantes, pero que a su vez son capaces de dotar a los textos de una extraña y emotiva belleza, que lejos de alejar de malas maneras al lector de la trama y su atmósfera, constituye un aliciente, un potenciador de las emociones que el escritor quiere transmitir.

Y nuestra pequeña aportación hispana al género fantástico puede presumir de tener el inmejorable exponente en este estilo a Fernando López Guisado, autor madrileño que mucha gente conocerá por su faceta poética con premiadas aportaciones como ROCÍO PARA DRÁCULA y que ahora, tras varias participaciones en diversas antologías de distintas temáticas recopila su faceta narrativa en MONTAÑA RUSA.

Y creedme cuando digo que el título no podía ser más adecuado, ya que lo que vamos a encontrar en sus páginas es un sinfín de emociones que van desde la ansiosa espera de una fuerte caída, hasta la vertiginosa velocidad en que sensaciones y sentimientos pasan delante de nuestros ojos. Por suerte hablamos de emociones que, al contrario de algunas muestras que circulan por las más destacadas estanterías, no están edulcoradas de manera artificial, cubriendo carencias con falsos velos de belleza, colocados muchas veces en los momentos menos oportunos. En contra, López Guisado crea una prosa ágil pero sin perder la elegancia heredada de sus orígenes poéticos, sin abusar, sin recurrir a ello en todo momento, sino creando un todo que no pierde naturalidad tanto en las narraciones como en los diálogos.
Para que nos entendamos, aquí no vamos a encontrar cosas como a un joven estudiante de la época moderna hablando como un caballero burgués de la era victoriana, no nos pararemos en interminables descripciones llenas de metáforas y simbolismos que de las emociones que cada mínimo elemento inspiran a los personajes.

MONTAÑA RUSA es una antología de relatos que se nos presenta como una colección de historias de terror, aunque tras leer unos pocos de los nada menos que 28 que la componen, nos daremos cuenta que la definición es extremadamente superficial. Si, López Guisado usa con frecuencia elementos importados directamente del cuento de terror: monstruos, asesinos, leyendas o folclore... pero su lectura hace anteponer sensaciones muy por encima del miedo. Nostalgia, melancolía, tristeza o sensaciones de pérdida son en muchos casos emociones que se destacan ignorando cualquier sencilla etiqueta. Incluso no pocas veces, cuando uno de los relatos intenta mantener cierto carácter humorístico, este termina eclipsado por un carácter más dramático del que en un principio parecía insinuar.

La variedad, por tanto, se convierte en otro fuerte aliciente en esta compilación, bastante abundante por otro lado, que transforma uno de los denominadores comunes de este tipo de títulos, el de que es raro que no haya al menos un relato que te guste, en el convencimiento de que esta vez lo raro sería que hubiera algún texto que no se disfrute. Aunque altibajos como en toda montaña rusa siempre hay...

Tenemos una aparente preferencia por el autor de los temas más tradicionales a la hora de contar historias de terror, como son las leyendas o como se las conoce en la actualidad, leyendas urbanas. Buena prueba de ello son títulos como TURNO DE NOCHE, COMEGENTE o WINDIGO, relatos que pese a ser leídos por primera vez, mantienen esa sensación en el lector de estar ante textos conocidos, un déjà vu de conocimiento popular o un sencillo "Esto me suena". Categoría a la que podríamos añadir REFLEJO DE LORELEI, un claro ejemplo de lo que como decíamos en la presentación, pueden cambiar las formas de ver y entender la literatura con el paso del tiempo, puesto que lo que hace unos años hubiera repudiado, hoy llega incluso a emocionar, como gran muestra de misterio gótico.

Y si hablamos de terror, no pueden faltar los obligados homenajes a los principales causantes de que Fernando López Guisado haya decidido expresar sus ideas y plasmar su imaginación en forma de escritos. Así, podemos encontrar claras influencias a Lovecraft un jugando con el espacio y el tiempo en VILLANCICO, un relato muy interesante aunque de desarrollo un tanto irregular. O bien los mares tenebrosos y los cuentos de marineros que tanto emocionaban a Willian H. Hodgson están muy presentes en LA MELODÍA DE ULISES, narrado con el romanticismo y el suspense propio de todas las historias venidas del siempre misterioso gran azul.

A día de hoy, que una colección de relatos de terror recurra a la temática zombi puede considerarse por algunos como símbolo de debilidad. MONTAÑA RUSA no iba a ser menos a la hora de aportar su granito de arena a la literatura Z, pero si bien MAGDALENA puede no llegar a estar a la altura, PARIZ y sobretodo REPOSTERÍA AMERICANA son dos historias sin desperdicio, muy emotivas, alcanzando ese punto exacto donde el drama y la comedia se mezclan en escenas llenas de sentimiento y devuelven irónicamente a la vida al género de los muertos vivientes.

A estas alturas nos ha quedado claro que López Guisado es de esos autores que igual te plancha un huevo como te fríe una camisa. De igual modo es capaz de llevarte el tema de la brujería a una situación rutinaria en la época actual con LA BRUJA, que te elavora un western en otro planeta como hace de manera victoriosa en VACAS, una de las varias aportaciones que el autor realiza a la ciencia ficción. Amores imposibles, inteligencia artificial, los multiversos, son temas con los que juega en éste género como podemos comprobar en el mencionado relato, ÚLTIMA LLAMADA o LUGARES COMUNES.

No faltan tampoco relatos que dejan una extraña sensación de que alguien ha arrancado páginas, de cuento incompleto o de tramas que pueden dar incluso para novelas. El mejor ejemplo de ello es PRINCESA DE CUENTO, que podría funcionar fácilmente como prologo para una historia de fantasía urbana. De igual manera encontramos unos personajes muy aprovechables en uno de mis relatos favoritos, EL NEGOCIO FAMILIAR, lleno de humor negro y con todas las papeletas para convertirse en algo más grande del género ya mencionado.

Y si hablamos de relatos favoritos no puedo evitar nombrar PLASTILINA. No es la primera vez que le leo, y mi opinión no ha cambiado un ápice. Estamos ante una pequeña obra maestra del relato corto, un rompecorazones hecho con la misma cantidad de ternura que de mala baba.
Y atrás no se queda el relato que da título a la colección, MONTAÑA RUSA, donde se demuestra que crear tensión tampoco esconde ningún secreto para el escritor madrileño.

Vale, admito que algunos relatos parecen cumplir el triste papel que el de engordar el tomo, ya sea porque no es fácil mantener la calidad sobresaliente de unos o por no interesar o impactar tanto como otros. Es el caso de PARA SOLTEROS EXIGENTES, un cortísimo texto aparentemente hecho como experimento para pasarlo bien (cosa que consigue con el lector pese a ser consciente de estar ante una, perdón por la definición, chorrada) o SANTA CLAUS IS COMING TO TOWN, un sinsentido demasiado facilón.

Tantos relatos dan para una amplia gama de experimentación, tanto en la narración como en lo que se quiere contar, y resulta casi inevitable que uno se sienta en la necesidad de plasmar experiencias personales o de carácter autobiográfico. Desconozco si es lo que ocurre en relatos como UNA PROMESA, LEGIONARIO DE GUARDIA o LA IMAGEN, pero lo que si es evidente es lo próximo que muchos de los temas que ahí se tratan nos tocan muy de cerca.

Cuando uno termina de leer MONTAÑA RUSA lo hace con un cóctel de sentimientos a flor de piel: Melancolía, tristeza, ira, pero también esperanza y lucha por nuestros mayores deseos. Relatos la mayoría de ellos llenos de vida y personalidad que hacen que no puedas esperar a leer el siguiente, pero al mismo tiempo deseando que el actual no acabe aún. Uno se siente a gusto dejándose llevar por la prosa de Fernando López Guisado, cómodo a la vez que expectante.
Pero no se me olvida otro sentimiento que queda al finalizar esta lectura, y puede parecer precipitado o demasiado mordaz: La de que aún hay gente que es capaz de escribir por el mero placer de ver en papel las imágenes que su imaginación le trasmiten, que aún hay plumas que se mueven por las emociones, cuya tinta deja tras de sí solo arte, no ansias de fama y dinero. Que a veces sigue siendo el talento, y no lo famosa que es una cara u otra, el principal hilo conductor por el que se guían algunas editoriales para publicar sueños encuadernados. Y este, consejo de amigo, no debéis perdéroslo.

Reseña: EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL NIÑO PÁJARO de Juan Manuel Peñate Rodríguez.

En La última lectura los integrantes de una hermandad secreta se reúnen una vez más en el acostumbrado punto de encuentro, ignorantes de lo que la noche les depara; el Club Paradise es un sitio especial al que no se puede ingresar si no es por invitación directa de alguien de dentro, sin embargo, lo insólito no radica en su emplazamiento, de por sí inconfesable, sino en los miembros que lo conforman; en una época de oscuridad y misterios, en mitad de un sangriento barrizal cubierto por centenares de cadáveres, una enigmática mujer de la que apenas se
sabe da a luz un extraño bebé que no llora, aquel destinado a sacudir los cimientos de una era, aquel por cuya leyenda será recordado como El niño pájaro; en ¡Feliz no cumpleaños! nos reencontraremos con personajes archiconocidos, aunque más allá de ese mundo onírico, tras las sombras, ¿hasta qué punto los conocemos?; en La gasolinera una imprevista parada en el camino supondrá para alguien un soplo de aire fresco, pero también un antes y un después en la manera de contemplar su viaje interminable. Del autor de Al otro lado del cristal, nos llega su esperada segunda antología, nuevos e inolvidables relatos donde los amantes del suspense, la ciencia-ficción, la fantasía o el terror volverán a estar de enhorabuena.

Hoy en día existe entre otros muchos, un asunto que divide al mundo literario en una ¿pacífica? batalla por quién tiene la razón: La autopublicación.

Ya se que no son pocas las veces que hemos visto el punto de vista de los escritores ante la terrible pregunta: ¿Autopublicación si o no? Ventajas, beneficios, facilidades... todo eso está muy bien, pero más allá de esos detalles, parece que la figura del lector es ninguneada y pocas veces se le pregunta qué le parece este panorama, o cómo se encuentra ante la gran variedad de elección que se le presenta. ¿Que cómo se encuentra dicho lector? Ya os lo digo yo: saturado.
Esas ventajas, beneficios y sobretodo facilidades que la autopublicación posee ha provocado que el mercado literario empezara a crecer como la espuma desbordando la bañera, ofreciendo al mes cientos de nuevos títulos donde ahogar nuestra indecisión, abarcando todos los géneros, llenos de nuevas y antiguas ideas, algunas incluso recicladas, sexo con dinosaurios y una preocupante falta de un filtro de calidad mínima.
Si bueno, ya echamos en falta dicho filtro en grandes editoriales a las que no les tiembla el pulso a la hora de plantar el sello "Bestseller" a libros que no hay por donde coger, o gastan dinerales en campañas de promoción que funcionan como cantos de sirena para despistados que se creen todo... También están los casos de arboles que son talados para convertirse en el libro de algún youtuber, pero eso ya es un tema del que hablaremos en otro momento...

La cuestión es que yo reconozco no esconderme cuando afirmo que no me suelo fiar de trabajos autopublicados. Ya no solo por las agresivas campañas de promoción (Spam) por parte de sus propios autores que circulan por las redes sociales o la mala calidad de los libros en formato papel (cuando existen), sino por la propia experiencia personal, plagada de malas copias de diarios de invasiones de zombis gallegos, gente que se pone hasta el culo de atún para prevenir la radiación causada por una bomba nuclear o un Robert Langdon andaluz luchando contra nazis en plena feria de abril.
Sin embargo, no faltan novelas de gente que no ha encontrado el apoyo necesario por parte de las editoriales para publicar sus novelas, lo cual se vuelve incomprensible cuando uno se anima a leerlas. Recordemos por ejemplo que el inicio de una de las mejores sagas de muertos vivientes escrita en nuestro país fue publicado por primera vez por Circulo Rojo (CIUDAD HUMANA de Carlos J. Lluch), o los últimos trabajos de escritores de renombre como Virginia Pérez de la Puente o Joe Alamo.
Y también fue hace unos años cuando Juan Manuel Peñate se añadió por sus propios méritos a la lista de autores autopublicados de excepción. Excepción por su calidad, por la originalidad de sus historias, por su talento. Ingredientes todos que pudimos encontrar en AL OTRO LADO DEL CRISTAL, una colección de relatos que exploraban muchísimos géneros y temas, donde el autor jugaba con la extensión, el ritmo y una amplia colección de influencias...
... Elementos todos ellos a los que ha vuelto a echar mano el escritor sevillano con su nuevo trabajo EL NIÑO PAJARO, repitiendo formulas, mejorando otras y por encima de todo manteniendo su propio estilo.
Juan Manuel, aparentemente contento con el resultado de su anterior trabajo compuesto por siete relatos, nos trae una nueva selección compuesta esta vez por cuatro relatos y una novela corta donde sigue explorando y ahondando en los distintos campos de la fantasía, el terror y la ciencia ficción. Un terror suave, téngase en cuenta, y una ciencia ficción que se aleja mucho de la ciencia y se abraza a la ficción.

Estamos ante historias llenas de ecos conocidos, cuentos que beben hasta ahogarse en escenas, influencias y estereotipos harto conocidos, para tratarlos con cariño, sin caer en la burda copia, plagio o recurso fácil, sino moldeándolo hasta hacerlo propio y moderadamente personal. Eso no quita que no existan momentos en la trama que se tornen terriblemente intuitivos y evidentes, casi como sabiendo lo que inmediatamente va a pasar en un tramo u otro de las relatadas historias.

Pero sin duda el factor más positivo que encontramos en EL NIÑO PAJARO es el mismo que nos encontramos en AL OTRO LADO DEL ESPEJO, y es que pese a las carencias o defectos que pueda tener la narrativa del autor (Siempre sujeto al criterio personal de cada uno) sus historias saben atrapar, captar lo que queremos encontrar en el momento exacto, incluso aunque no nos demos cuenta hasta que lo estamos leyendo. Para muestra un botón:


Se suele decir que la primera impresión es la que importa, y para quien no se haya aventurado en el primer trabajo del autor, LA ÚLTIMA LECTURA supone una prueba de fuego para el nexo entre escritor y lector.
A decir verdad, estamos ante una historia con contrastes muy chocantes entre sí, ya que encontramos una trama bastante oscura y fatalista, pero a la vez intenta ahondar en diversos valores como pueden ser la magia de la lectura, su efecto curativo en cuerpo y alma o el valor de la amistad, lo cual termina siendo bastante contradictorio si tenemos en cuenta la evolución de algunos de los personajes.
Estética y visualmente nos encontramos una vez mas frente a un choque de ideas, con un escenario como punto de partida que puede recordar a atmósferas como las de películas como El Orfanato o El Espinazo del Diablo para, a partir de un punto convertirse en una exposición del lado más oscuro de las fantasías de Jim Henson.
El relato mantiene un interés creciente a medida que avanza, aunque su cambio de rumbo, el cual debería funcionar como un aliciente se convierte también en su mayor pega. Juan Manuel alarga demasiado una primera parte que ejercería como prologo para seguir con un nudo que acaba antes de que empecemos a disfrutarlo. Sería como leer una novela de 300 páginas de las cuales 250 son usadas para presentarnos unos personajes que se perderán en el olvido en las 50 restantes. Una verdadera pena que el relato no aproveche su potencial, porque lo tiene,

CLUB PARADISE supone un radical cambio de registro comparado con la anterior historia. Si antes disfrutábamos con un relato tocado por un punto siniestro, aquí encontramos el lado más benévolo del escritor. Con un guión sin duda influenciado por obras que miran por el lado romántico del más allá (Ghost es la primera referencia que me viene a la cabeza), su autor busca en apariencia una reconciliación entre sus personajes y sus destino: el descubrimiento de lo increíble y su inmediata aceptación, y aunque de desarrollo agradable, habría que destacar un par de aspectos que chocan bastante. El primero es el uso de clichés demasiado descarados, que hacen que la originalidad del texto sea, sino cuestionada, si algo debilitada. Por otro lado, uno no se aclara con el nudo de la trama propiamente dicho. Es como si los dos primeros capítulos estuvieran conectados con un tercero casi de manera forzosa, como si ni siquiera Juan Manuel supiera como quiere acabar la historia.

Sin duda por su extensión que alcanza la de una novela corta, su calidad y la evocación de las imágenes que inspira, el relato EL NIÑO PÁJARO es el que más llama la atención de los cinco que componen el libro, y no solo porque le otorgue el título a la colección.
Estamos ante una historia ambientada en un ficticio  Japón feudal, plagado de reminiscencias de fantasía épica, donde la magia y las criaturas misteriosas no son elementos extraños en el día a día y los personajes célebres se miden por sus heroicidades.
Evidentemente un trasfondo así y unas pocas líneas leídas es lo que nos hace falta para que la historia de EL NIÑO PÁJARO nos recuerde irremediablemente a títulos de anime y cine nipón donde destacan obras como Azumi, Kenshin o Inuyasha, referencias que van cogidas de la mano durante el proceso creativo y evolutivo de la trama. Eso si, siempre dirigiendo la mirada al lado más cruel y sanguinario de las leyendas orientales.
Las escenas de acción, incluso la estética de sus personajes (muy diferenciados entre ellos, a veces de rasgos casi propios del cine de animación) no hacen sino acrecentar la sensación de estar leyendo una secuela de Ninja Scroll, o de estar ojeando un manga, llevando la eterna lucha entre el bien y el mal a un terreno que ambos bandos deben conocerse ya al dedillo.
De potente ritmo inicial, decae un poco pasados las tres cuartas partes de su extensión, no por pérdida de acción, sino porque la trama termina tomando una dirección a mi parecer inadecuada y algo incompleta, opinión que por suerte vuelve a cambiar con un epilogo bastante correcto.

Un relato titulado ¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS! no necesita presentación, ya que seguro que casi todo el mundo adivina de lo que aquí se habla ¿Verdad? Pues no estéis tan seguros, Juan Manuel nos da aquí un punto de vista personal de la famosa fábula y nos muestra un lado oculto, oscuro, misterioso, pero también en cierto modo, conmovedor del famoso cuento infantil, consiguiendo que la historia cabalgue entre la leyenda y el mito, lo real y lo absurdo.

Finaliza esta nueva colección de relatos un leve acercamiento a la ciencia ficción. Digo leve porque aparte de que la historia de LA GASOLINERA transcurre en el espacio a bordo de una nave espacial, esta se aproxima más a la fantasía que al mencionado género.
Historia por cierto muy visual que recuerda en estética a un universo fantástico con herencia directa de Star Wars, La Guía del Autoestopista galáctico o Doctor Who, pero a diferencia de ellos, el escritor toma un cariz más dramático y moral... una historia con moraleja podríamos decir, muy entretenida e imaginativa, pero se ve ligeramente perjudicada por la cantidad de pregunta que quedan sin contestar, lo cual nos hace viajar a trasfondos incompletos, apenas bocetados.

en definitiva, EL NIÑO PAJARO es una entretenidísima colección de relatos, con más virtudes que defectos, aunque los haya. Uno acaba con la sensación de que hubiera disfrutado más de casi todos los relatos aquí recopilados si se convirtieran en novelas más extensas, o viendo el relato que da título al libro en viñetas, no obstante, promete y da ratos de puro entretenimiento de alta calidad que nada tiene que envidiar a supuestos Bestsellers de renombre.

Reseña: LOS HEROES de Joe Abercrombie

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LOS HÉROES de Joe Abercrombie.

Cuentan que Dow el Negro ha llegado al trono del Norte sobre una montaña de calaveras. Mientras, el rey de la Unión ha decidido que hay que pararle los pies y sus ejércitos ya han invadido el Norte. Miles de hombres están convergiendo en un antiguo círculo de rocas -los Héroes-, en un valle anónimo que se convertirá en escenario de una de las batallas más sangrientas que el Norte ha presenciado. Al mismo tiempo, los dos bandos están infestados de intrigas, rencillas y envidias, que hacen el final imprevisible…

Se ha convertido casi en una costumbre descubrir que a la hora de opinar y/o criticar una novela de fantasía, muchos lectores basan su opinión en aspectos como la cantidad de acción que ésta alberga, la extensión de sus brutales batallas o la potencia e importancia de la magia y elementos maravillosos en la historia. No faltan quienes critican negativamente obras de este género aludiendo cosas como "Es que apenas hay acción", "Los protagonistas no paran de hablar de sus cosas", "El final no está a la altura de la novela épica que es" o "el escritor se enrolla demasiado con los detalles". Resulta irónico que muchos de los que recurren a estos argumentos tengan en sus altares preferentes obras como la trilogía más importante de la fantasía, en la que un pequeño Hobbit se dedicaba al contrabando de bisutería barata, y su narrador lo hacía dando un ejemplo de diccionario de lo denso y cargante que puede llegarse a ser alguien a la hora de describir cada mínimo detalle de lo que se nos expone. No nos olvidamos tampoco de los más recientes y cada vez más numerosos seguidores de los mil y un culebrones que transcurren en Poniente. Gente capaz de tragarse mil páginas por libro de paja y relleno para un contenido que fácilmente podría incluirse en solo doscientas. Gente que no duda en dar la nota más alta a libros como Festín de Cuervos, solo por ser el autor quien es, pero luego critican sagas (y aquí ya nos damos de bruces con el autor que nos ocupa) como la de la Primera Ley de Joe Abercrombie por ser, según algunos "Demasiado densa" o "carecer de acción y luchas".

Para quien aún no le conozca, este autor inglés creó en esta serie de novelas un mundo complejo, que bebe mucho de elementos históricos pero siempre original y profundo, como profundos y peculiares son sus personajes protagonistas. A lo largo de LA VOZ DE LAS ESPADAS, ANTES DE QUE LOS CUELGUEN y EL ÚLTIMO ARGUMENTO DE LOS REYES descubrimos una historia propia del género, pero a la vez bastante atípica en la naturaleza de las personalidades de las figuras que por ella circulan, personajes que forjan sus destinos movidos en muchos casos por la codicia, la maldad o la venganza, todo esto visto a través de unos ojos que no se limitan a mostrarte lo que ocurre fuera, sino también dentro de la mente de estos, logrando una historia que puede tornarse épica y salvaje en un momento y terriblemente intimista en la siguiente página.

Estilo que se mantuvo cuando Abercrombie volvió a llevarnos al Mar Circular con una nueva historia complementaria pero independiente de su trilogía original llamada LA MEJOR VENGANZA, un relato de venganza personal convertida en una iliada de proporciones descomunales . Obviamente la desproporcionada violencia y mala ostia de sus manos ejecutoras serán los hilos conductores de las tramas de este autor, sumándole continuos cambios y giros de ritmo y guión y esa criticada tantas veces profundidad en sus protagonistas que de tan brillantemente esculpidos terminan volviéndose inolvidables y sus nuevas apariciones en otros títulos se celebran con suma euforia.

Otros dirán que no les interesa la vida personal y el pasado de uno u otro, que ellos lo único que quieren es sangre.



LOS HÉROES es la segunda novela independiente que surge tras la trilogía de La Primera Ley, saga que vería aumentado su número poco después con TIERRAS ROJAS y con la recientemente editada en nuestro país colección de relatos cortos, FILOS MORTALES.
Y no son pocos los fans de la serie y, por supuesto del escritor que hasta hoy tengan a LOS HÉROES como el mejor libro que hasta hoy ha escrito Joe Abercrombie. Personalmente, sin llegar a tanto porque soy de los que prefieren analizar las sagas en conjunto, puedo entender tan extendida opinión y por supuesto los motivos variados, destacando el hecho de estar ante un título que mantiene todos los ingredientes que caracterizaron el estilo y desarrollo de La Primera Ley, pero además potenciándolos y estirándolos hasta el límite. Como resultado, lo que aquí tenemos es una de las más largas, intensas y emocionantes batallas que se han escrito dentro del género fantástico, un asedio de tres días narrado en casi novecientas páginas donde seremos testigos de cada acción y decisión de los bandos combatientes, de actos heroicos pero también de acciones malvadas y cobardes... estos últimos más numerosos y me atrevería a decir que efectivos que los primeros, y por supuesto comprobaremos lo que el hombre alberga en su interior cuando la guerra y la espada se convierten en la única respuesta. El interior de su alma si... pero también ese otro tipo de interior, si me entendéis. Ese al que se accede tras un buen tajo en las tripas.

Antes de nada, resolver la duda que muchos se harán ante el interrogante de leer o no este título: ¿Es necesario haber leído las obras que le preceden?- Como novela independiente, LOS HÉROES es una obra muy disfrutable si se quiere usar como punto de partida o primer contacto con el basto mundo creado por Abercrombie. Sin embargo, las menciones a personajes y acontecimientos pasados, así como los antecedentes de los mismos o los orígenes del enfrentamiento armado entre bandos hace que la lectura de los títulos previos sea recomendable, casi obligatorio, incluida LA MEJOR VENGANZA, ya que varias escenas que ahí tuvieron lugar volverán a caer, y con gran peso, sobre algunos de los protagonistas de esta nueva aventura.

Hay que reconocer que la historia principal de LOS HÉROES no es ningún alarde de originalidad, ni destaca por lo retorcido. Los ejércitos del norte, rindiendo pleitesía a su rey Dow El Negro se muestran imparables mientras siguen conquistando nuevas tierras. La Unión, los cuales ven a estos como poco más que salvajes sanguinarios  e inculturizados decide poner fin a este avance, y decididos a tomar Los Héroes, un punto estratégico crucial se verá inmerso en un reto que pondrá en jaque el presente, pasado y futuro de la civilización que ellos conocen.
No obstante, si bien la idea original no parece demasiado novedosa, el desarrollo de los acontecimientos que ocurren en los tres días de batalla, así como el comportamiento de los soldados y los puntos de vista de varios de los participantes en la contienda serán sin duda puntos determinantes que nos obligarán a prestar atención a todo lo que nos rodea, por nimio e insignificante que pueda resultar al principio.

Dichos personajes representan mucho más que un arma empuñada entre un mar de hojas afiladas. Muchos sentimientos, carácteres y decisiones, errores y aciertos son expresados por el escritor usando para ello protagonistas principales y secundarios. Y si pensáis que el heroísmo y el sacrificio van a estar entre los más destacados valores que la guerra hacen aflorar en el ser humano, más vale que os lo quitéis de la cabeza cuanto antes. Las ideas de Abercrombie son malvadas, crueles y casi primitivas. Muchos de los que pronto se convertirán en vuestros favoritos no moverían un dedo por la gloria y el honor, pero mostrarán sus instintos más bajos y salvajes por un buen motín, un reconocimiento o sencillamente por saciar su sed de sangre. Sí que existe nobleza y bondad en el campo de batalla, así como peculiares sentidos del amor y el deber, y serán precisamente los representantes de dichas peculiaridades quienes llevarán la voz cantante en la historia, unas voces que, en consecuencia también serán las más frágiles y vulnerables.

LOS HÉROES es una novela extensa, casi novecientas páginas en su edición de tapa dura de pequeño formato, y sin embargo, lejos de asustar su densidad y extensión , puede que estemos ante la novela del escritor inglés que más ágilmente y de manera más amena se lee. Hay que admitir que parte de la culpa la tiene el hecho de ser una novela que rebosa acción. Y hablamos de una acción nada bonita, pero si muy detallista en los momentos más escabrosos y donde abunda la carne desgarrada y aplastada y la sangre salpica desde cualquier ángulo.

Una exhibición de casquería similar exige un apartado visual muy potente, y en eso, como en lo demás, Abercrombie no decepciona. La ficticia cámara que el autor maneja enfoca lo que interesa mostrar con todo lujo de detalles cuando estos necesitan ser resaltados y difuminando otros, para que sea nuestra imaginación la que trabaje y llene espacios al gusto, lo cual tampoco es difícil dada la cantidad de influencias propias e importadas de las que bebe el Mar Circular. Desde sus fuertes referencias nórdicas y vikingas en el norte a unos elementos predominantes en las tropas de la unión que deben mucho de la cultura británica.



De todos modos, catalogar a LOS HÉROES de fantasía es limitar mucho la etiqueta. Elementos como la magia son mostrados en su mínima expresión, resultando casi, casi inexistentes. No os engañéis, aquí no hay viajes los protagonistas deben encontrarse a si mismos con la experiencia que solo dan las pruebas de la vida, ni mitología antigua que muestre el amanecer de los tiempos y el surgir de los primeros magos. Aquí solo hay guerra. Una guerra como debe contarse, sin censura, sin belleza, en cuyo terreno la parca se pasee sin hacer distinciones entre buenos, malos, valientes o cobardes, niños o ancianos, entre los que luchan por una verdad con la que se les ha educado o los que se alimentan de la violencia que ellos mismos provocan. Una guerra donde a veces hay que recurrir al humor para escudarse en la crudeza y donde ni siquiera el lector será capaz de decantarse por uno de los dos combatientes, siendo testigo y cómplice tanto de sus virtudes como de sus vergüenzas.

LOS HÉROES es, junto a LA MEJOR VENGANZA la prueba definitiva de que la trilogía de La Primera Ley era solo la antesala, agradable eso si, de lo que Joe Abercrombie es capaz de dar, convirtiéndose con cada título en un referente del género al mismo tiempo que se ríe de los estereotipos y donde vuelve a demostrar, una vez más que no existen principales y secundarios, solo importa la visibilidad y profundidad que el autor es capaz de dar a sus personajes, haciéndolos pasar de meros parias a absolutos protagonistas. Porque a fin y al cabo, son los personajes de una novela lo que importan de verdad, no la cantidad de ellos que queden en pie después de una batalla.


LO MEJOR/PEOR del 2016

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Por mucho que uno intente retrasarlo, el momento de las despedidas siempre llega. Que dicha despedida sea entre lágrimas o alivio, entre abrazos o amenazas, ya depende de cada uno.
Toca despedirnos del año 2016, un año como los demás, lleno de experiencias literarias que, a fin y al cabo, de eso trata este blog y es lo que nos interesa. No todas las experiencias han sido excepcionales ni todas han sido un fiasco, de todo se aprende, de lo bueno y de lo malo. Y claro, entre el buen puñado de lecturas que han ocupado nuestro tiempo a lo largo del año las hay que llaman más la atención que otros, o al menos que han dejado un poso más denso que otros en el recuerdo, aunque y repito, sea para bien o para mal.

Dejar claro, aunque creo que sobra hacerlo, que ni son todos los que están ni están todos los que son. Es decir, el tiempo del que disponemos todos al año es muy limitado, concretamente 365 días, tiempo que por desgracia nunca es suficiente para leer todo lo que nos gustaría. Es por ello que esta lista se limita únicamente a las lecturas que: A) Han ocupado mis ratos de lectura durante el pasado 2016 y B) han sido publicados a lo largo del mismo año o finales del 2015. Digo esto porque seguramente echaréis en falta novelas que muchos considerarán buena parte de los bombazos más importantes del año (EL DESPERTAR DEL LEVIATÁN de Corey, LA GRACIA DE LOS REYES de Ken Liu, BABUJAL de Darío Vilas o FILOS MORTALES de Abercrombie estarán para muchos lectores de género entre ellos), y no es que yo no los considere como tal, es que sencillamente aún no he tenido la oportunidad de leerlos y por lo tanto criticarlos y añadirlo a la lista de mejores o peores si lo merecieran. Y este blog, entre las muchas cosas que no va a empezar a hacer, es dar publicidad (buena o mala) a libros sin conocimiento de causa. Así que, siempre sin orden especifico de aparición, vamos al lío:

LAS MEJORES LECTURAS DEL 2016



LA CASA DE ARENAS MOVEDIZAS de Carlton Mellick III

Si FANTASMA de Laura Lee Bahr fue mi agradable introducción al mundo del bizarro, la primera novela editada en España de Mellick III lo sitúa como género literario a seguir muy, pero que muy de cerca. Aventuras, ciencia ficción, terror y cosas raras de cojones, este título lo tiene todo, y su autor lo mezcla de una manera exquisita, inteligente y novedosa. La apuesta de Orciny Press se convierte en una experiencia casi interactiva que todo el mundo debería disfrutar al menos una vez en su vida. (Reseña completa...)


ALCASSERIANA de VV.AA.

Sólo una editorial independiente y valiente como Antipersona sería capaz de dar a luz, tras un parto doloroso y espectacular, un libro tan peligroso y a la vez tan necesario e intenso como este. Una colección de relatos tan íntimos que uno siente deseos de quedárselos para sí mismo y no compartirlos con nadie por miedo a que estos puedan corromperse y perder su magia. ALCASSERIANA habla por medio del realismo más absoluto y del surrealismo mas hiriente, con narrativa y con verso, con música y con voz a capela  de uno de los episodios más negros de la historia de nuestro país. Un cuchillo cuya hoja está forjada con el máximo de los respetos pero hecha para que los cortes sean profundos y dejen eternas cicatrices. (Reseña completa...)


LIBROS DE SANGRE (I, II, III) de Clive Barker.

Ya no se hace raro hablar de Barker con el mismo respeto y trascendencia que Lovecraft o Stoker. Su obra ha hecho que el escritor inglés tenga un puesto reconocido y bien merecido como uno de los indiscutibles maestros de terror contemporáneo. Barker es un artista moldeando la imaginación, que usa la carne como materia prima para crear sus obras y crea imágenes nacidas de las más enfermizas de las locuras y nos la trasmite directamente a nuestros frágiles cerebros por medio de la escritura.  Valdemar ahora ha recopilado los tres primeros volúmenes de sus LIBROS DE SANGRE, una de las más importantes aportaciones al género en una excelente y siempre cuidadísima edición dentro de su colección Gótica. Una pieza de coleccionismo para entender con el mejor ejemplo posible el pasado, presente y futuro del miedo. (Reseña completa...)


VIDAS MÍAS de Enrique García Ballesteros.

Una de las publicaciones más cortas que he leído a lo largo del 2016 ha sido también una de las más. por así decirlo, instructivas si damos por bueno aquel dicho que reza eso de que "la letra con sangre entra". Ballesteros te arranca la venda que te impide ver el mundo real tal y como es para, tras un primer y rápido vistazo rociarte los ojos con un spray de pimienta y patearte los huevos con botas reforzadas de acero. Un viaje donde la rutina y lo cotidiano se funde con el surrealismo y donde nuestra eterna lucha moral interior obliga a la ética establecida a sacar la bandera blanca. (Reseña completa...)


MEDIA GUERRA de Joe Abercrombie.

Sin duda la fantasía también encuentra hueco entre las mejores lecturas del año, y el cierre de la trilogía El Mar Quebrado está a la altura de su antecesor MEDIO MUNDO y supone un broche de oro para cerrar la saga. El ritmo creciente, a la par de su violencia e intriga y unos personajes cuidadísimos y pintorescos (lo que ya es una firma personal del autor) hace que esta trilogía iguale (y a veces supere) a su saga de fantasía adulta La Primera Ley, pese a ser un título en teoría, y solo en teoría, dirigido a un público joven. (Reseña completa...)




OTRAS RECOMENDACIONES A TENER EN CUENTA


MONTAÑA RUSA de Fernando López Guisado.

Un buen numero de relatos cortos que descubren la faceta narrativa del poeta. Abarcando numerosos géneros pero centrandose en el terror, lo que aquí leeréis serán cuentos nuevos pero que huelen y saben a recuerdos de antaño, y cuya bella prosa sabe marcar un equilibrio perfecto entre lo cautivador y lo macabro. (Reseña completa...)



LO QUE VES CUANDO CIERRAS LOS OJOS de David Jasso.

Una de las lecturas más insanas y por tanto recomendables del año. Cada nuevo trabajo del escritor zaragozano es una piñata de la que no se sabe qué va a salir del interior, y esta última novela se descubre como la más experimental y personal de todas. Cada página es un juego en el que el lector se siente cómplice y partícipe sin desearlo y donde las reglas del mismo son un absoluto misterio. (Reseña completa...)



HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González.

Cuando uno piensa que en la fantasía está todo escrito, novelas como ésta suponen un soplo de aire fresco en tan saturado panorama. Un destacado descubrimiento que rememora los bellos pasajes de la fantasía tradicional pero dándole ese toque personal que hace que las historias que componen este volumen perduren en el recuerdo en lugar de pasar por nuestra mente como una mención sin importancia ni originalidad. (Reseña completa...)





LAS PEORES LECTURAS DEL 2016.



CIENCIA FICCIÓN. NUEVA GUÍA DE LECTURA de Miquel Barceló.

Nunca está de más tener una guía de lectura de un género que quieres explorar. Ahora bien. cuando esa misma guía es reeditada con la excusa de haber sido actualizada (apenas) y para añadirle una buena ración de erratas, y la misma guía tira por un evidente favoritismo hacia los títulos que la propia editorial tiene en sus pertenencias, el punto de vista cambia radicalmente. Sin olvidar el hecho de que su autor parece aprovechar cada momento para practicarse una autofelación, tirarse flores y recordarnos a todos lo mucho que le debemos por lo que ha hecho por la ciencia ficción en nuestro país. Un consejo: coged el índice, apuntad los títulos que se mencionan y leed sus sinopsis en Internet. Recibirás la misma información sin tener que tragaros 480 páginas de una oda a Miquel Barceló escrita por Miquel Barceló. (Reseña completa...)


SOLOS. LIBROS UNO: ORIGEN. de Álvaro Fuentes.

No podía faltar una novela de zombis entre las más destacadas decepciones anuales, y de nuevo estamos ante un ejemplo de manual que nos recuerda que la literatura Z está mas muerta que nunca (Que la editorial Dolmen solo haya editado un título, el presente, en su Línea Z es pura casualidad). Historia del montón, carente de originalidad, pero llena, eso si, de incongruencias y confusiones debido a una mala narración que no sabe mantener el ritmo y en donde las pocas escenas que buscan la complicidad con el lector están colocadas de manera forzada y artificial. SOLOS es un nuevo copia/pega de una sobreexplotación de un género, la misma acción que han repetido tantos y han terminado condenando a las mismas novelas de zombis. (Reseña completa...)


ARMADA de Ernest Cline.

Esta novela era con diferencia una de las más esperadas debido al impacto que supuso la que se convertiría en uno de mis libros favoritos, READY PLAYER ONE. Sin embargo, esta nueva experiencia no pudo ser más decepcionante. El autor intenta repetir la misma formula que en su anterior historia, pero lo hace a la desesperada, de manera casi forzada y obligada, y por lo tanto, desganada, dando como resultado una trama aburrida con actores que no han ensayado sus papeles y que no generan el interés suficiente. Y no nos olvidemos del final, un auténtico desastre que hace pensar que ni el mismo Cline sabía como plantar el punto y final al caos que estaba formando. (Reseña completa...)


FRACTURA de Dioni Arroyo.

"Una novela Greenpunk" o cómo otorgar una etiqueta que suene novedosa a una historia postapocalíptica de toda la vida para engañar al lector y hacer que piense que está ante algo nunca visto. Estamos ante una de esas historias que se autoenvenenan lentamente hasta la muerte. Es decir, la idea es buena, pero su modo de llevarla a cabo, su desarrollo aburrido, previsible y el síndrome de maniquí sin cabeza que sufren sus protagonistas (no nos importa una mierda lo que les pase) va degradando la trama hasta que uno se da cuenta de que es demasiado tarde para suministrar una cura. Totalmente prescindible. (Reseña completa...)


LYCAON de Guillermo Tato.

Con este libro me pasó algo muy parecido a lo ocurrido con ARMADA de Cline. Tras EL TORREÓN DE LAS MUÑECAS, el anterior trabajo del autor, mis expectativas eran altísimas, y todas ellas se desmoronaros como un castillo de naipes ante la decepción que supuso una lectura que intenta dar un lavado de cara al tema de la licantropía con una trama llena (o eso esperaba) de intriga y terror, pero que termina convirtiéndose en un festival gore de baratillo donde al lector le preocupa más las incongruencias sobre medicina o anatomía que se muestran que quién muere y quién no, dado lo huecos que son todos los protagonistas. Una historia que inintencionadamente se vuelve simple y aburrida, aunque contar erratas entretiene lo suyo... (Reseña completa...)

OTROS RAPAPOLVOS


ALMA de Carlos Sisí.

Tras una de las más exitosas e interesantes sagas de muertos vivientes como son LOS CAMINANTES, que te digan que su autor se va a aventuraren una historia de terror con fantasmas hace que a uno se le levanten las orejas de la emoción. Y si, fantasmas hay, pero lo que es terror... bueno, supongo que las pesadillas de Paulo Coelho serán algo parecido a esto.
Alma es un relato que se alarga innecesariamente hasta el punto del agotamiento, que comienza muy bien pero luego se apoya en una premisa que haría vomitar de ternura hasta a un unicornio. (Reseña completa...)


RÓNDOLA de Sofía Rhei.

Nadie sabe vendernos humo tan bien como Minotauro. Ya lo hizo el año pasado con la soporífera AVENIDA DE LA LUZ de María Zaragoza. Esta ve su fuerte campaña de marketing nos prometía con RÓNDOLA una novela de fantasía supuestamente para adultos (¡Supuestamente!), ingeniosa y original, para terminar ofreciéndonos un relato de tantos, que si bien el resultado era aceptable, nos haría mirar más de una vez cuánto nos quedaba para terminar el libro que por su relleno indiscriminado se tornaba interminable. Además, no podemos olvidar esa promesa de fuertes matices feministas en la trama, tan necesaria hay que decir, pero que finalmente si existen terminan dando un resultado totalmente contrario al esperado. (Reseña completa...)


HERE´S JOHNNY! LAS PESADILLAS DE STEPHEN KING de Tony Jiménez.

Resulta irónico que un autor que ha estado dos años seguidos en la sección de mejores lecturas de año en este blog acabe aquí. Y es que la iniciación de Tony Jiménez al mundo del ensayo no es malo, el interés es presente, y consigue que el lector que conoce poco la obra de King se interese por sus novelas... el problema es el tono, en concreto una falta de objetividad que resulta exasperante y termina convirtiendo el libro en un constante peloteo hacia todo lo que hace el escritor de Maine hasta el punto de criticar incluso a aquellos que puedan tener palabras negativas hacia una obra u otra. (Reseña completa...)



No puedo cerrar la presente entrada sin agradecer de corazón a todos los que habéis estado ahí desde el nacimiento de este humilde blog. Así como a los seguidores más recientes o sencillamente a los que pasaban por aquí y me han regalado alguna que otra visita desinteresada. Autopsias Literarias del Dr. Motosierra, como todo blog que se precie ha vivido sus buenos y sus malos momentos. más cuando se trata de una página que cuenta con un único redactor, y ha sido gracias a vosotros que seguimos aquí, al pie del cañón dispuestos a seguir dando guerra el mayor tiempo posible.

!Gracias a todos!


Reseña: EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE de Víctor Blázquez.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE de Víctor Blázquez.

Podría decirse que esta historia comienza con Yago Arquero viendo Los Goonies. O tal vez lo hiciera mucho antes, con el sangriento y macabro final de la familia Kostka.

Yago Arquero tiene ocho años y un hermano mayor. Los dos van a pasar junto a su madre las vacaciones de verano en un complejo hotelero llamado El Nirvana. Un lugar perfecto para vivir cientos de sueños y correr aventuras, un paraíso donde hacer amigos y crear su propia pandilla de goonies.

Pero a veces el paraíso es tan solo la fachada que vela una oscura pesadilla.

Víctor Blázquez nos ofrece una historia conmovedora sobre un niño lleno de imaginación. Yago está a punto de descubrir que bajo la perfección se esconden horrores sin nombre. ¿Por qué una niña escribió en la pared del fondo del armario “No quiero estar aquí”? ¿Y qué es eso que se arrastra por la noche hacia su ventana?

Aunque recientemente hayamos, como si de un regalo de navidad se tratara,  desenvuelto y estrenado el año 2017, parece que muchos de nosotros en los últimos meses hemos echado la vista atrás con altas dosis de nostalgia, a una añorada década de los años ochenta donde (Voz de falsete): "Todo era mejor y mas original". Buena parte de la culpa la tienen un montón de representaciones audiovisuales que de algún modo recuperan ese espíritu retro que nos devuelve a nuestros primeros pasos en una cultura o culturas que a día de hoy terminamos rememorando constantemente o que forjarían los orígenes de nuestras actuales referencias de ocio. Aunque el caso de los nacidos en los noventa que ahora van de "ochenters" aún no tiene explicación lógica por ahora vamos a dejarlo pasar.

Stranger Things, Kung Fury o Turbo Kid en el panorama cinematográfico, así como otras muestras en campos como la música, los videojuegos y por supuesto la literatura han hecho que mucha gente se ate el pañuelo en la cabeza dispuestos a regalarnos su propio homenaje a los clásicos inmortales que, todo sea dicho, sin ellos nada sería igual en la mente de lo que aún recordamos esa época con esa sonrisa. Porque los viajes en el tiempo no volverían a ser lo mismo desde que Doc pusiera un condensador de fluzo en un DeLorean. La inteligencia artificial se mostraría como nunca antes desde que un robot decidiera llamarse a sí mismo Johnny 5 y declararse vivo, y criaturas como E.T., los critters o la nave Max harían que guiar nuestra vista a las estrellas fuera tan esperanzador como imaginativo.

El concepto de la amistad tampoco se queda atrás. Esa idea de pandilla, esas interminables y a la vez demasiado cortas tardes con nuestros amigo esperando una nueva aventura mientras soñábamos despiertos, fueron ideas que alcanzaban cotas inimaginables cuando disfrutábamos de los libros del Club de los Cinco o veíamos películas como Una Pandilla Alucinante, Cuenta Conmigo y, por supuesto, Los Goonies.

No es de extrañar que un autor tan polifacético como Víctor Blázquez termine firmando una novela titulada EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE. Muchas de sus obras parecen querer rendir su peculiar homenaje a los distintos géneros del cine que tanto han cautivado al autor. Los zombis de su saga EL CUARTO JINETE, la terrorífica cara oculta de los nazis de NO EXISTEN LOS MONSTRUOS, el peculiar aporte a esa vertiente argumental que nació con La Mitad Oscura y que el adaptó en PACTO AL FILO DE LA MEDIANOCHE o el inesperado desarrollo que puede sufrir una invasión alienígena en ORILLA INTRANQUILA, son muestras tanto de un gran talento para crear verdaderas películas novelizadas como para enganchar al lector con historias que, pese a partir de ideas establecidas, mantienen su originalidad casi intacta.
Era cuestión de tiempo que las historias de pandillas fueran origen y objetivo de su pluma, más cuando uno disfrutó tanto con esos fragmentos que tocaban el tema de la amistad y la infancia que podíamos leer en la historia protagonizada por Hugo Smith. Y ya cuando el mismo título de su nueva novela hace mención a una película que cambió para siempre mi manera de ver el cien, pues claro... mis expectativas tocan techo.


Entonces yo me pregunto, si el nombre del autor ya es sinónimo de calidad, al igual que la editorial que nos ha traído su obra, si todo apunta a que alguien iba a sacar al niño que llevo dentro para que se divirtiera, rememorando una infancia donde cada día era una oportunidad para nuevos peligros pero también para vivir nuevas aventuras, si estaba casi convencido de que este iba a ser uno de los más atractivos homenajes a la década de los ochenta que tanto hicieron por mostrarme el camino hacia unos sueños que marcarían mi futuro... entonces ¿Por qué leer EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE me ha dejado tan frío?

No, no quiero que los más morbosos empiecen a frotarse las manos intuyendo la inminente escaramuza porque serán los primeros en llevarse el chasco. Soy consciente de que la mayor parte de la culpa de que la última novela de Víctor Blázquez no me haya gustado tanto como deseaba es casi toda mía. Casi.
Llevaba tiempo buscando un termino para describir lo que me ha pasado con EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE, y de pronto me acordé del pequeño Data y su habilidad para poner "tuampas" y entonces caí en la cuenta. Yo mismo había montado una de esas trampas para después tirarme a ella voluntariamente. Lo que quiero decir es que estamos ante una novela tramposa, que nos muestra un cebo, un espejismo de lo que crees que va a ser para, cuando ya es demasiado tarde para evitarlo, caer a un incierto vacío.

¿Y qué es lo que yo esperaba de esta obra? Básicamente no un constante, pero si un abundante homenaje al filme de Richard Donner, un montón de aventuras inverosímiles y sobre todo unos personajes profundos, de esos a los que coges cariño nada mas aparecer en la pantalla, como nos ocurrió con Gordi aplastando su batido en la ventana o la primera vez que Bocazas abre su ídem. Por desgracia lo que me he encontrado dista mucho de esto.
Por lo pronto, el nexo que une a Los Goonies con la novela es casi inexistentes y se limitan a que Yago, el niño protagonista ve la película por primera vez de camino a Jávea, y tanto le fascina que le servirá para rememorar un par de situaciones (no muchas más) a lo largo de la historia. Ni siquiera los personajes con los que irá juntándose Yago poseen ese poder de unión de Mikey y los suyos. No son miembros de un grupo por los que darías la vida o con los que irías al fin del mundo... Aquí no hay Goonies, solo la fantasía de imaginar que la relación entre Yago, Toño, Chucky y los demás fuera tan fuerte e irrompible, y esa sensación nunca llega.

Soy de los que dan muchísima importancia a los personajes. Considero que son el principal pilar sobre el que se sostiene una buena historia. Es por eso que no he podido quitarme de encima cierta sensación de desequilibrio, de paredes agrietándose por una mala elección de materiales y sujeción a lo largo de todo el libro. Y es que los protagonistas son muy protagonistas y los secundarios demasiado secundarios, meros figurantes obligados a estar ahí para unir piezas y nada mas.
Vale si, Yago es uno de los mayores aciertos de EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE, un más que destacable reflejo de algunos fragmentos de nuestra infancia, de esas vacaciones de verano que con tanta ilusión se empiezan y con alivio acaban. Pero Yago es algo más. Es la imagen de una familia desestructurada que intenta desesperadamente volver a la normalidad, intentado dar pasos más grandes de los que sus piernas pueden permitir. Se nota que en el protagonista recae todo el peso de la acción, y eso se ve en sus pensamientos e interacciones con el entorno, pero también con el uso de los tópicos y costumbres que creíamos personales pero que en realidad se convierten en costumbre popular.
Los demás personajes, y aquí hago hincapié en Toño, el hermano mayor de Yago, porque es el personaje donde menos debería pasar, no son libros tan abiertos como este. Muy al contrario, parece que les falta contenido, y el que tienen se encuentra desordenado. Y ¿Cómo se traduce esto en sus personalidades? Pues en sujetos que no tienen muy claro cual es su lugar en la historia, con cambios de humor y de actitud demasiado bruscos que nos hacen dudar muy seriamente sobre las intenciones de estos, pero no en ese tono que llama a la intriga, a los protagonistas que parece que constantemente esconden algo y unas pocas palabras suyas pueden dar la vuelta al guión, no, me refiero a ese tono que hace dudar de la cordura de estos, que tan pronto son los mejores amigos del mundo como se quieren matar a machetazos. Eso si no hablamos de personajes como Sara, cuyo objetivo en la trama más que el de hacer bulto no queda muy claro.

¿Y que os puedo contar de la historia? Bueno, procurando evitar no desvelar nada, Blázquez mantiene su costumbre de seguir creando historias que saben enganchar y que pese a los fallos (Entiéndase como fallos diferencias de opinión personal en la relación escritor/lector, no fallos objetivos del autor), invita a continuar su lectura hasta el final.
De nuevo admito que la sensación de haber caído en mi propia trampa es constante. Uno esperaba encontrar una novela de aventuras, una colección de desafíos que pusieran a prueba a los protagonistas y a la vez supusiera la mejor oportunidad para demostrar sus talentos y habilidades como pasa aquí con Iker y su poco creíble momento de gloria. Sin embargo EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE es un thriller donde el suspense y el terror predominan por encima de todo lo demás. Es inevitable no pasar por alto como la trama, a medida que avanzamos en la lectura se desvía por derroteros que acarician el cine de serie B de los ochenta con un argumento que al mezclarlo con la época actual en la que se ambienta puede desembocar en dos opciones: Que el lector lo vea como un grato homenaje al cine de género de la época o que llegue un punto en que a este le cueste cada vez más tomarse la lectura en serio. Lo que ha hecho aquí Víctor es recoger el relevo de un tema usado hasta el desgaste y lo adapta a los ¿Tiempos modernos? con mejor o peor resultado dependiendo de quién lo lea y sobre todo de lo que se espera.

Por suerte como decía, el hecho de que esta novela este escrita por Víctor Blázquez es, como es costumbre, una virtud. el lenguaje cinematográfico patente en cada capítulo eleva el apartado visual hasta ese límite que tiene que haber en todo. Víctor dirige la novela como un director dirigiría una película, haciendo que los momentos más importantes nos entren bien por los ojos antes de pararse en nuestra mente. Hay dos curiosos contrastes con los que juega en la narración. Por un lado, dos capítulos que están escritos por dos autores invitados, Darío Vilas y Claudio Cerdán, quienes sacrifican ese apartado visual (sin eliminarlo) por un carácter más profundo donde las imágenes importantes se forman en el interior de la mente de los personajes en lugar de delante de sus ojos. Por otro, EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE puede confundirse a veces con una novela de corte juvenil... si no fuera por alguna que otra escena escabrosa de alto contenido violento que a veces como decía, contrasta y otras desentona con el tono en que se cuenta la trama.

Así que en definitiva, si EL NIÑO QUE QUERÍA SER UN GOONIE no me ha gustado no ha sido porque sea una mala novela, muy al contrario, sino porque ha generado unas expectativas en mi cabeza que luego desgraciadamente no ha cumplido. Quizá haya querido salir afuera mi fanboy oculto, ansioso por una dosis de nostalgia, de una droga que tiene un nombre tan apetitoso y atrayente para que luego entre los ingredientes no se encuentren ninguno de los que esperaba. Si lo que queréis en cambio es una novela de suspense sin demasiado giros argumentales sino más bien tirando a lineal, una lectura muy cinematográfica del estilo de estar leyendo páginas y pensar al mismo tiempo "que bien quedaría esto protagonizado por fulano" y por supuesto escrita de la manera ágil, directa y con un uso de tramas tan conocidas como interesantes, adelante, no os sentiréis defraudados. Creo.

Reseña: LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU de VV.AA.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU de VV.AA.

“No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas.”— La llamada de Cthulhu, por Howard Phillips Lovecraft

Selecta antología de intranquilizadores relatos, inspirados en los Mitos de Cthulhu y la eterna obra del maestro del terror cósmico: H. P. Lovecraft. Entregando el esfuerzo de sus plumas —hoy digitales— a la memoria del solitario y excéntrico soñador de Providence, un total de 14 autores, representantes del terror patrio, proponen un nuevo acercamiento a Lovecraft desde una óptica diferente, conservando en algunos casos el estilo original del maestro y, en otros, innovando completamente en fondo y forma para ofrecer historias atrevidas, vanguardistas e, incluso, desenfadadas, pero siempre originales y sorprendentes.

Cuando se habla de terror cósmico o se menciona a Lovecraft, la inevitable primera reacción de muchos es evocar en nuestra mente imágenes grotescas de tentáculos, criaturas viscosas sin forma predefinida salpicadas de postulas y ojos. Y bueno, si... a grosso modo los relatos de Lovecraft están llenos de esos seres de pesadilla, los cuales ponen a prueba la cordura y ganas de vivir de sus protagonistas, quienes parecen disfrutar sacando billetes de solo ida a dimensiones desconocidas y mundos plagados de maravillas y peligros.
Pero los relatos que nos trajo el escritor de Providence van mucho más allá de darnos historias que bebemos por los ojos y provocan noches en vela. ¡Joder!, que estamos hablando de un escritor de culto que ha creado un medio de vida y estudio, que ha influenciado a muchos de los escritores y obras más importantes en la actualidad, y no solo en el campo de la literatura, sino también en el cine y en los videojuegos.
La obra de Lovecraft es una ventana abierta a la bastedad del universo desconocido y hostil, pero es una ventana de una altura inalcanzable para un mero mortal, con lo que se demuestra también el insignificante papel del ser humano en el infinito cosmos, la desesperación y la locura a la que se ven sometidos sus personajes en contraposición a la enormidad de las deidades primigenias a las que se enfrentan. Unos seres tan poderosos que sus formas no pueden ser descritas con palabras y su influencia puede viajar entre dimensiones, y eso sin contar cuando a alguno no le da por merendarse una estrella por pura gula.

Olvidamos muy pronto el lado más emocional y personal del miedo a la ignorancia, pero es algo muy presente en el trabajo de H. P. Lovecraft, que lo refleja con fuertes connotaciones filosóficas y existencialistas, rozando el nihilismo. A todo esto, ¿Sabéis quién heredo ese pensamiento y faceta tan dada de lado? Thomas Ligotti.
¿Sabéis también donde se nota sobretodo esa exclusión del sentido de la muerte y la existencia en beneficio del terror puro, duro y tradicional, generalmente a manos de alguna aberración de otro mundo? En las antologías que usan la obra de Lovecraft como punto de partida.

Si, la mitología creada por el solitario de Providence es basta y variada, pero no infinita. Sin embargo muchos autores en vez de usar su imaginación para la creación de nuevos seres primigenios, rituales, situaciones y sobre todo, emociones, optan por llenarlo todo de profundos, ponen un Cthulhu revoloteando por el barrio o a un Nyarlathotep susurrándote obscenidades al oído y derritiendote el cerebro.
Ni estoy criticando ni estoy diciendo que esta práctica esté mal. Yo sigo disfrutando de argumentos nuevos tanto como de los antiguos, solo quiero dejar constancia de que, en mi opinión el género del terror cósmico está muy desaprovechado si nos paramos a imaginar todo lo que puede darnos.

LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU, antología editada por Edge, editorial mas reconocida por sus juegos de rol y de mesa que por sus novelas y narraciones publicadas, pero que cada vez se está tomando este campo más en serio, fue la encargada de hacer realidad la visión de su editor, Rubén Serrano. Y lo hizo en forma de libro que recopila 14 ejemplos de todo aquello de lo que os estaba hablando. 14 autores que han dado su propia versión personal de lo que significó o significa ese miedo a lo desconocido que alguien plasmó en papel hace casi un siglo y hoy parece que lo sentimos resurgir. ¿Una moda pasajera como ocurrió con los muertos vivientes?, ¿O es que es ahora cuando la gente ha decidido atravesar las fronteras de un terror que va más allá de coches y muñecos malditos y payasos asesinos? (Que ironía usar este ejemplo para referirnos a monstruos de otros mundos)

Cabe mencionar una de las virtudes de LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU. Y es que Rubén en su selección ha sabido recopilar historias que no tienen por qué estar dirigidos a eruditos de la materia, sino que incluso alguien que nunca haya leído a Lovecraft puede disfrutar de todos y cada uno de los relatos que aquí encontramos y, mejor todavía, interesar al lector a explorar los orígenes de estos. Es algo que posteriormente no cuidó tanto Aitor Solar en su antología LA FUENTE DE LAS TINIEBLAS, publicado por la misma editorial que, de notable resultado, sí que exigía en ocasiones algún tipo de noción básica del tema para disfrutar plenamente de la experiencia. Lo que sí es cierto es que con sus relatos buenos y no tan buenos, Edge dio con este título el pistoletazo de salida para que le siguieran LAS MIL CARAS DE NYARLATHOTEP, DONDE RESIDE EL HORROR y, de próxima publicación, ADORADORES DE CHTULHU y RITOS DE DUNWICH, sin contar con dos trilogías inspiradas en el juego lovecraftiano Arkham Horror. Lo que demuestra que el horror cósmico no solo no está olvidado, sino que permanece latente, y que como Cthulhu en la ciudad de R`lyeh, ha despertado, y con hambre.



Más que acertada es la idea de iniciar este viaje con EL SUEÑO DE R´LYEH de Ángel Luis Sucasas, un relato que. a modo de fábula o cuento nos ofrece una visión personal del origen de la ciudad de R´lyeh y de su principal guardián. Situados en un lugar incierto, en un tiempo incierto, Sucasas en su estilo aunque quizá más nítido y claro de lo acostumbrado sin prescindir de un aluvión de imágenes metafóricas y demás embellecedores literarios nos trae una historia interesante, que bebe hasta emborracharse de numerosas influencias, pero que pese a su atractivo, contradice de algún modo una de las filosofías del terror según Lovecraft, la de la insignificancia del ser humano en el universo o el desinterés de las criaturas primigenias hacia el hombre, una simple gota en un inmenso océano de caos.

Emilio Bueso nos trae INNSMOUTH, MASSACHUSETTS, relato que por cierto recuperaría tiempo después para incluirlo en su antología AHORA INTENTA DORMIR. Su historia no pretende ser un alarde de originalidad, llena de giros inesperados o revelaciones asombrosas. Más bien leer el relato de Bueso es como incurrir en una partida de rol en pleno clímax en la que las fuerzas del ¿Bien? se enfrentan a las tropas del ¿Mal?. Ahora bien, el sacrificio de dicha complejidad argumental es recompensada por una sensación atmosférica impecable que, ayudado de una prosa casi tajante aproxima cada imagen, sonido y sensación a un lector tan indefenso como los protagonistas.

Lo que en apariencia ha pretendido Miguel Puente Molins en su relato LA VENTANA EN EL ALTILLO es mezclar distintas historias dentro del círculo de los mitos de Cthulhu, además de otras referencias externas pero con una fuerte relación con la obra de Lovecraft. Pues bien, lejos de las malas expectativas que pueda generar tan arriesgado reto, el relato funciona notablemente, manteniendo interés e intriga gracias a una narración no excesivamente retocada pero ni mucho menos simplista. Un relato que se disfruta por muy poco que se conozca la obra del escritor de Providence y que suscita esa curiosa en el fondo buscada hacia las obras que se mencionan.

Otra original propuesta es la que ofrece Magnus Dagon en LA CASA DE GUERNICA en la que a paso seguro y sin prisa mezcla la mitología de los temas de Lovecraft con una de las obras pictóricas más representativas y a la vez dramáticas de nuestro país. Un relato que sabe evocar por medio de la sugestión imágenes inquietantes, aunque por desgracia en su último tramo el abuso de las mismas y el afán de introducirnos en un escenario cuasi apocalíptico termina perjudicando a esa, por así llamarlo, experiencia íntima y personal.

No es la primera vez que se habla de la importancia de la música en el horror cósmico. Si Lovecraft buscaba con sus imágenes espeluznantes y sus momentos terroríficos un límite en la cordura de la mente humana para destruirlo, la música es sin duda una de las mejores herramientas para ello. De ese modo, Juan Díaz Olmedo convierte a ese mismo elemento en LOS ACORDES DE AZATHOTH en salida, camino y meta, es decir, en tema principal de su relato lleno de ideas interesantes que  para bien o para mal quedan bastante abiertas debido a que muchos puntos finalizan sin muchas respuestas para ¿Aumentar una especie de suspense residual? ¿Mero olvido?

Nos vamos con la música a otra parte (Por favor, perdonadme el chiste malo) y desembocamos en EL ASCENSO de José Alberto Arias, el cual parece querer repetir la misma formula que Puente Molins en una narración que simula un cóctel de numerosas historias cogidas de aquí y allá de la alacena de Lovecrat y demás. Lamentablemente el abuso de estas referencias hace que el lector tenga la sensación de que aquí solo se intenta demostrar quién tiene más conocimientos en lugar de construir una historia coherente y más importante que mantenga el interés. Eso, sumado a un relato escrito en forma de cuento unas veces y memorias en otras lo convierte en una sucesión de momentos interesantes pero también confusos.

José Maria Tamparillas se saca de la manga MARCH &CIA, el relato más largo de la antología y a su vez el que más pretende emular el estilo y las formas del escritor de Providence . Como resultado, tenemos aquí una más que notable fusión de terror gótico y contemporáneo con todo lo que ello implica: narración muy atmosférica, de ritmo pausado que evoca más suspense que miedo y con una extensión que ayuda a dar profundidad a sus personajes protagonistas. Puede que argumentalmente no sea muy destacable, pero cumple con creces como homenaje a los ritos paganos del mar.

Juan Ángel Laguna Edroso es un escritor al que siempre me ha costado encontrarle el gusto. Eso se debe a que su uso constante de una prosa demasiado recargada me sacaba con bastante asiduidad del contexto de la historia que pretendía narrar. Sin embargo casi creía que estaba leyendo a un autor completamente distinto en ALGO PASA CON LAS RATAS DE BUTCHER´S HOLE. El toque clasicista permanece, si, pero sus relatos se vuelen más directas, centrándose en un objetivo claro y sin necesidad de irse demasiado por las ramas. Resultado de esto tenemos una historia corta pero intensa, con un toque macabro justo, que rememora a un Lovecraft no tan conocido por todos.

En apariencia, SEAN BIENVENIDOS A SU HORRIBLE FINAL de Roberto J. Rodríguez tampoco supone ninguna oda a la originalidad. Sin embargo la historia se apoya en un concepto que viene traducido en cómo es narrado,o mejor dicho en cuando. La figura protagonista nos sitúa en un lugar y un tiempo que ha vivido el mismísimo infierno, lo que ayuda a imaginar cómo sería una historia postapocaliptica en la que los primigenios caminaran sobre la tierra. Si claro que al final la narración termina desviándose y contando el motivo por el que el protagonista ha llegado a esa situación, predecible aunque a medio explicar. Pero la historia cumple con el cometido de jugar con la imaginación del lector, al que se invita a llenar huecos de la manera más escabrosa posible.

Si antes comentaba que los relatos de Laguna me producían cierto temor cuanto tocaba aventurarse a ellos, la obra de Julián Sánchez Caramazana directamente, y lo siento por no poder ni querer evitarlo, me produce rechazo, y PUERTAS se encarga de recordarme el motivo. Eso si, hay que reconocer al autor el merito que tiene llenar páginas y páginas de palabras y no decir, y mucho menos hacernos sentir, absolutamente nada. El relato busca una prosa tan llena de florituras y elementos decorativos que al final termina careciendo de toda esencia y emoción. Y eso en el primer tramo de la historia, ya que el segundo parece tomar una dirección más acorde a la literatura Z que de terror lovecraftiano.

¿Puede mezclarse el sexo con un terror sin nombre? Si esa pregunta se la hicieran a Javier Quevedo Puchal, YGST podría usarse como demoledora respuesta positiva. Puchal se adueña de medios y sensaciones conocidas por todos para contar una historia que funciona como perfecto ejemplo de que no es necesario recurrir a los mismos temas de siempre para narrar una historia escalofriante sin salirse de los cánones de la esencia de Lovecraft, pero sin imitarla, y una historia de amor que roza lo enfermizo y grotesco es una inmejorable llamada de atención hacia el lector, ¿no?...

... No como sucede en EL SUPREMO TITIRITERO que, en contra, demuestra que algunos autores se limitan a contar la misma historia de siempre una y otra vez. Pedro Escudero Zumel es lo que hace aquí y con resultados tristemente aburridos. Bien escrito si, pero sus personajes resultan demasiado planos, sacados de un catalogo de protagonistas a la carta. Además, su estructura lineal, el saber lo que va a pasar en el párrafo siguiente no ayuda a mejorar el resultado final.

Víctor Conde se marca con ALAS NOCTURNAS uno de los textos más impactantes y repletos de acción, y no solo de la antología, sino de su carrera de escritor. Si piensas que introducir terrores sobrenaturales en una historia se basta por si solo para llamar a la desesperación, situar los acontecimientos en un trasfondo como el que él usa deja a la experiencia en el unto de buscar el infarto del lector. No posee ese carácter profundo que explora el sitio del ser humano en el universo, no busca reinventar los mitos lovecraftianos o crear los suyos propios. Conde simplemente llama a la puerta de la cordura y cuando alguno de los protagonistas la abre, lo sumerge en la más absoluta desesperación. Una delicia.

Santiago Eximeno finaliza este viaje con VISITA GUIADA A LA CIUDAD SUMERGIDA, un relato que me cuesta tomarme en serio y que en varias de las escenas se acerca ya no a lo surrealista, sino a lo absurdo y casi paródico. A ver, entendedme. Admiro el trabajo de Eximeno, y encontrarme una historia suya más escurridiza que un pez recién sacado del mar resulta muy chocante y frustrante. Que igual es cosa y aún le estoy buscando un sentido oculto que ni siquiera existe.

Así pues, ¿Recomendaría LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU como antología decente de relatos lovecraftianos? Y más que decente, ya que obviando las pegas o diferencias de opiniones personales acerca de como debería ser llevado un relato u otro, el conjunto muestra una amplia variedad sobre las distintas facetas y la falta de límites del terror. Mitos antiguos, mitos nuevos... la mano de Lovecraft es muy grande y abarca muchas mentes, y eso es bueno, dejarse arrastrar por la locura, siempre y cuando luego escribas tus experiencias en papel.


Reseña: LAS GUERRAS DEL CÓDIGO de Juan Manuel Sánchez-Villoldo.

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Autopsias Literarias del Dr. Motosierra presenta:

LAS GUERRAS DEL CÓDIGO de Juan Manuel Sánchez Villoldo

En una pequeña comunidad de la América rural, los niños desarrollan una salvaje deformidad que hará de ellos asesinos monstruosos bautizados como coyotes.

Tras un primer combate y aparente victoria, otro pueblo es atacado y todos los habitantes devorados. Julián Mozzi,  superviviente de la primera batalla, es convocado para dirigir las operaciones de contención de este nuevo ataque.

Pero esta no es una novela de zombies. No hay infecciones ni contagios. Puede que los coyotes sean la respuesta de la naturaleza al vaciado de especies, o quizás al orgullo del ser humano.

Las Guerras del Código relata el conflicto entre el ser humano y la naturaleza, una batalla que se gesta en nuestro interior desde el origen de la vida. Ahí se esconden nuestros peores miedos.

Nota: He dejado una serie de Spoilers marcados con asteriscos (*) en zonas específicas. Las notas correspondientes a cada uno podréis leerlas al final de la reseña.

Se suele decir que las cosas buenas vienen en formatos pequeños. Seguramente esto se debe a que cuando empezamos a disfrutar de algo que nos satisface por encima de la media acaba terminándose, en apariencia antes de lo que en principio suponemos.

El mundo del cine está plagado de ejemplos de pequeños aperitivos en forma de cortos que han terminado convirtiéndose en menús completos, es decir, en películas, ya fuera por las demandas masivas de los espectadores que tanto han disfrutado que piden más, o por los mismos creadores, que ven en su obra una futura fuente de ingresos. Ejemplos bastante actuales los encontramos en el corto de éxito en Youtube No Apagues La Luz, que tuvo su homónimo largometraje, o el primer capítulo de la cinta V/H/S, que acabó derivando en la película Siren. Ambos casos por cierto bastante prescindibles, por no decir nefastos.

La literatura es un campo donde también se han visto cosas similares. Sin ir muy lejos, raro es el caso en que yo mismo hago una reseña de una antología de relatos y no digo una o varias veces que tal o cuál historia ganaría mucho si se convirtiera en novela o al menos la longitud se viera ampliada. A veces digo esto porque en apariencia se quedan muchos hilos sin unir en el relato o tramas sin completar que no consiguen cerrar el circulo completamente. Otras veces lo creo así sencillamente porque pienso que la idea usada es demasiado buena para exprimirla y dar todo su jugo en tan solo una docena de páginas.
Pues bien, hace aproximadamente año y medio reseñé la antología EN LOS ALBORES DEL MIEDO en la que varios autores nóveles, yo incluido aportábamos nuestro granito de arena en forma de relatos de terror por un fin benéfico. Uno de los autores que participaban en el libro era Juan Manuel Sánchez-Villoldo, y me gustaría refrescaros la memoria recordando lo que dije de sus textos:

"GOTTEN WILLE de Juan Manuel Sánchez Villoldo parece que intenta recopilar en un solo relato un buen numero de elementos característicos que muchos buscamos en historias de terror, sobretodo de las que vienen firmadas por gente de Maine y que hacen que la trama se nos descubra interesante. Echa una dosis de terror, otro tanto de acción, añade una pizca de elemento religioso y sazónalo con una buena cantidad de sangre. Para terminar decora el plato con una ramita de drama de lo más previsible y tendrás un relato cuanto menos ameno. La mayor pega radica en que la historia podría haber dado mucho mas de sí, para lo cual unas cuantas páginas más y no abusar tanto del reciclaje de escenas cinematográficas tan típicas habrían ayudado bastante. Pero insisto, éste es uno de esos relatos que dan para mucho más."

Pues bien, dicho y hecho, año y poco después GOTTEN WILLE se convirtió en un prólogo para lo que sería la primera novela de su escritor, LAS GUERRAS DEL CÓDIGO...
... y ahora maldigo el día en que pensé que la historia de Juan Manuel debería ampliarse.

Si mencionaba a Stephen King en la reseña no lo hacía como recurso fácil ni para subirle los colores al autor, sino porque su ambientación y su trama principal me hacían rememorar esas sensaciones que transmitían novelas como DESESPERACIÓN, su manera de aislar a los protagonistas en un terreno apenas civilizado, enfrentados a una amenaza que no consiguen comprender. GOTTEN WILLE ganaba enteros por estas y otras razones, lo que no esperaba es que en su continuación esta trama terminara derivando a una burda excusa para crear una historia militar con soldados ansiosos por frotarse la bandera de su país por la polla mientras se gastan e dinero de los contribuidores en disparos al aire mientras luchan contra un enemigo que amenaza con destruir un ecosistema que ya apenas se sostiene, aprovechando para ello todos los recursos posibles que le brinda la literatura Z de corte militar. 

"Pero la sinopsis dice que...", ya, ya se lo que dice a sinopsis. Lo se tan bien como que cuando leo cosas del tipo "Esto no es una novela de zombis" o hay que recurrir a frases similares para diferenciarse de otros títulos del género, sé exactamente lo que voy a encontrarme: una novela de zombis.

Vale, ya se que los chacales (los malos de turno, para que nos entendamos) no son muertos resucitados que caminan a trompicones y ven nuestros higadillos como pura ambrosía, pero tampoco lo son las criaturas de la película The Descent, los del videojuego The Last of Us o de la novela Y PESE A TODO... de Juan de Dios Garduño, y aun así nos es inevitable pensar automáticamente en la palabra que empieza por zeta. No dejan de ser seres que acechan a toda forma de vida, atacan en manada, su origen es humano y uno de los motivos principales que guían sus pasos es merendarnos... ¿Os suena de algo?.

LAS GUERRAS DEL CÓDIGO retoma la historia de GOTTEN WILLE inmediatamente después de donde lo dejamos (tanto es así que quien no haya leído previamente el relato corto puede sentirse bastante perdido), coge lo más básico de la idea que germinó y lo retuerce y deforma de una manera que, es de suponer, el autor piensa que es lo que ansiamos disfrutar. ¿Una historia sobre soldados preparadísimos cayendo ante las fauces de criaturas antinaturales? Si, por favor, cuéntame más que nunca había leído nada parecido. Además, llegados a un punto la historia se bifurca en dos escenarios bien diferenciados, aquí tengo que hacer un alto en el camino porque hay cosas que me llaman la atención, obviando las semejanzas en argumento y estructura con otra joyita de la generación Z como es RENAISSANCE de J.J. Lucas, porque sería alargarme demasiado.

Por un lado tenemos la trama protagonizada por el personaje principal Julián Mozzi (no confundir con el simpático monstruo con el que aprendíamos inglés y comía relojes), ex sheriff, ex marido perfecto, ex padre, y poco contento con la vida en genera plantándole cara a su más dura prueba, adoptando para ello actitudes tan contradictorias e inmorales (cuando lleguemos al tema del epílogo sabréis de lo que hablo) que de ser tratado por psiquiatras, posiblemente estos acabarían encerrados en sus propios centros de salud mental. Sin embargo hay que reconocer que los capítulos protagonizados por Mozzi y su compañía de lo más variopinta e inútil constituyen la parte más interesante de la obra, ya sea porque es donde se concentra la mayor parte de la acción o por mera simpatía con el protagonista, aunque esto se asemeja también a la morbosa curiosidad de adivinar cual va a ser la próxima estupidez que va a decir o hacer, así como la predictibilidad de los personajes secundarios, que por una vez juega a favor de la trama, siendo sumamente fácil adivinar quien vive y quien muere, quien es un capullo insoportable y quien se las va a dar de héroe... o si lo pensamos fríamente se deba a que, en comparación con la otra parte de la historia cualquier cosa es mejor.

Y es que por el otro lado tenemos la ya tradicional base militar científica, ultra secreta, escondida hasta del gobierno, desconocida por todos pero no me extrañaría que subiera ofertas de empleo a Infojobs... porque lo que ocurre allí no puede ser más absurdo. Más propio de un circo o de una comedia subvencionada por Mediaset, los capítulos que aquí se desarrollan son una antología de despropósitos y situaciones inverosímiles que harán replantearnos si no estamos ante una parodia del género en lugar de una historia que debería tomarse a si misma en serio. Situaciones (*) que parecen surgidas de las complicadas decisiones del mismo escritor que, al verse ante un obstáculo difícilmente salvable en un improvisado guión, decide tirar por la ruta más fácil y con frecuencia errónea.

Podría decirse que ambos focos de acción convergen constantemente a lo largo de toda la novela. A fin y al cabo, la historia trata de cómo la humanidad hace frente a una amenaza que pone en riesgo su supervivencia , y lo hace de la manera en la que nos tienen acostumbrados: La estudia, intenta entenderla, evaluarla, buscar un punto de inflexión o uno débil que poder aprovechar, una cura... y cuando todo eso falla, aniquilarla de manera que no quede ni el recuerdo. Juan Manuel Sánchez lo intenta con ganas, buscando teorías que expliquen las cosas al mismo tiempo que descubre nuevas cuestiones sin resolver. Lo malo es que cuando se quiere dar cuenta de que ha complicado la trama y nos ha llenado la cabeza de incongruencias (que se traducen en cosas explicadas varias veces pero de manera distinta, otras cosas que parecen perderse en el olvido y quedan sin razonamiento...) en vez de arreglarlo, lo complica en demasía, sacándose nuevos elementos de una manga que se va quedando cada vez sin menos ases... Pero permitidme volver a los chacales.

En GOTTEN WILLE ya nos daban a entender que estos seres no eran depredadores despiadados que solo atienden a sus instintos primarios. Instintos que se limitan a matar y comerse lo matado. No, los chacales son criaturas inteligentes, más cercanos a su lado humano que animal, pero sin perder su característico salvajismo, aunque uno debería saber cuando echar el freno y no sobrepasar un recurso. Porque si, pueden ser lo suficientemente inteligentes para tender emboscadas a sus victimas, usar cebos u otros modos de engaño. Todo eso está muy bien, pero de ahí a convertirlos en especialistas en ingeniería avanzada o medicina aplicada, a saber utilizar tecnología que nunca ha usado y demás ejemplos (**). ¡Y más cuando el anfitrión original antes de convertirse en esa aberración tenía no más de 14 años! Pues no, lo siento pero no me lo creo.
Por cierto, ¿No existe un principio en la biología que dice algo así como que cuanto más inteligente es un ser vivo, más fuerte es su instinto de supervivencia? Lo digo porque aquí los chacales, como los zombis, carecen de esa capacidad de protegerse de una muerte inminente, es más, cuando reciben dosis de plomo siempre parecen quedarse con ganas de más. Contradicciones estas que terminan afeando el resultado final.

Y todo esto es una pena, porque narrativamente, LAS GUERRAS DEL CÓDIGO está bien escrito. Los diálogos son realistas, las descripciones y demás aportaciones del narrador están bien compensadas y no saturan ni dejan a medias, incluso Juan Manuel Sánchez no se priva de ofrecer al lector ciertas raciones de morbo visceral con escenas truculentas. Pero como dejé caer antes, la trama parece escrita sin planificación alguna en un ejercicio de "Tiro para adelante y que sea lo que Dios quiera", inventado cosas sobre la marcha para enriquecer un suspense que termina explotando y confundiendo en un desenlace tan absurdo y frágil como el resto de la obra.

Hablando del final... concretamente del epílogo de la novela. No soy de los que se enfadan cuando leo un libro que no me gusta. Más bien lo que siento es decepción y en casos como este cierta sensación de tristeza ante lo que podría haber sido y al final no fue... pero este final... ¿Queríais que le sacara un merito a esta novela? Pues bien, el epílogo de LAS GUERRAS DEL CÓDIGO me parece de lo más inmoral, bochornoso, ruin, traicionero, machista, carente de sentimiento, ética y sentido común, arrogante, injusto, oportunista y cínico que he tenido la desgracia de leer en toda mi vida. Intento con todas mis fuerzas ser tolerante con las ideas que los escritores plasman en sus libros, a fin y al cabo son sus historias y pueden hacer con ellas lo que quieran, pero, ¿De verdad querías escribir ese final? Porque no recuerdo haberme sentido tan confuso e indignado al mismo tiempo como leyendo las dos últimas páginas de esta novela (***).

Y esto es LAS GUERRAS DEL CÓDIGO, un intento al que se ha puesto ganas de ofrecer una historia que se aleje de los cánones de la literatura Z más típica, pero cayendo accidentalmente en ellos en muchos casos, la continuación de un relato que todos sabíamos que podía dar para mucho, pero que si se hubiera hecho en otra dirección, tal vez más simple y carente de tantas curvas, el veredicto hubiera sido uno distinto. Muy distinto.

Por desgracia el resultado final es de lo más deprimente. Un vistazo a un collage carente de realismo, carisma, personalidad y seriedad... Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Ahí tenéis como prueba Independence Day Resurgence, La Mascara 2 o LAS GUERRAS DEL CÓDIGO.



(**) Un hombre poniéndose una peluca de mujer para engañar a los sistemas de seguridad, orgías y demás depravaciones sexuales provocadas por un gas que aumenta el impulso sexual en seres humanos, chistes demasiado malos en relación al tema,...

(**) ejemplos como saber donde e encuentran los cables específicos para provocar un daño u otro dentro de unas instalaciones de cientos de metros cuadrados, entender el sistema de filtrado de aires o mandar mensajes en morse.

(***) Tras sobrevivir al ataque de los chacales, Mozzi cuida a su mujer en un centro de cuidados especiales, la cual se encuentra en un estado semicatatónico tras enterarse de la muerte de su hijo tras convertirse éste en un monstruo.Es más, uno de los motivos por los que el ex sheriff acepta la misión suicida de luchar contra los monstruos es garantizar los mejores cuidados que el gobierno pueda dar a su esposa. Pues bien, en las últimas páginas Mozzi recibe la llamada de Galera, una especialista que le acompaña en la misión y que queda milagrosamente embarazada de mellizos, siendo uno de ellos un clon del hijo perdido de éste. Esto es lo que le comunica, y el maravilloso Mozzi, el gran soldado y mejor persona Julián Mozzi decide que aunque su mujer este mejorando lentamente, la pueden dar mucho por culo, ahí se queda ella con toda su tristeza y agonía, con toda la carga que supone saber que su hijo ha muerto a manos de su marido (comprendiendo que no había otra opción) y no ha podido ni despedirse de el, allá se las apañe ella sola, que él se va con su nuevo ligue que espera un hijo clavado al que tuvo y, ¡que coño!, no tiene que madrugar todos los días para cuidar a su "amada esposa", darle de comer y aportar su granito de arena con recuerdos y palabras que poco a poco la devuelvan a la realidad porque, según el y con palabras textuales, lo de ella es "una batalla perdida". 

SORTEO: HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González

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Hacía tiempo que no organizábamos un concurso para nuestros seguidores de Facebook. Ya sabéis como funciona esto, con pocas editoriales que apuestan por nuestro "modo de hacer las cosas", raro es cuando no tenemos que sacar la cartera para pagar por los libros cuyas reseñas disfrutáis, y más raro aun es que podamos disponer de libros para sortear.
Por suerte la fantástica editorial Kelonia nos ofrece la oportunidad de disfrutar por la cara de una de las mejores novelas del año pasado según nuestro criterio. Nos referimos a la novela de fantasía HISTORIAS DEL CAMINO de Mariela González, de la cual podéis leer la reseña en este mismo blog.

¿Qué tenéis que hacer para conseguir esta magnífica obra? Como siempre, más fácil no puede ser.

- Dale a ME GUSTA a nuestra página oficial de Facebook de AUTOPSIAS LITERARIAS DEL DR. MOTOSIERRA.

- Dale a ME GUSTA a la página oficial de Facebook de la editorial KELONIA.

- Compartir la entrada del concurso (ESTA) de manera publica para que vuestros contactos también tenga la oportunidad de participar.

- Deja un comentario en la entrada para que sepamos que participas. (Un chiste, una anécdota del día, El número premiado del Euromillón, nos da igual)

Y eso es todo. Con esos tres sencillos pasos ya participaréis en un ejemplar de HISTORIAS DEL CAMINO. Tenéis dos semanas para participar, es decir, hasta el día 6 de Febrero inclusive. Se dará el nombre del ganador el día siguiente. Ya no tenéis excusa para disfrutar de una de las mejores sorpresas del año.


Recordad también que el concurso es únicamente para ámbito nacional.

¡MUCHA SUERTE A TODOS!



CICLO MUNDODISCO de Terry Pratchett VI: ¡GUARDIAS!¿GUARDIAS?

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Un ejército de enanos ha de viajar a Ankn Morpork para enfrentarse a un enorme dragón que aterroriza a los habitantes del lugar. Pero se trata de un ejército muy peculiar pues, además de enanos, sus combatientes son unos cobardes reclacitrantes. Así las cosas, el panorama no parece muy alentador, aunque nunca se sabe...

Es una metáfora de la puta existencia humana, un dragón. Y por si eso no fuera lo suficientemente malo, también es una jodida cosa enorme, caliente y voladora.


Ya os avisé que este ciclo dedicado a las novelas de Mundodisco iba a llevar su tiempo. Entre lecturas pendientes, novedades de interés y demás motivos varios no aparecía un nuevo capítulo de este especial desde Junio del año pasado. Y es que a veces hay que buscar el momento oportuno para según que cosas.
Mas de una vez la mayoría de nosotros habremos pensado que la lectura es un modo de evasión de la vida real, una prescripción médica no escrita y nada profesional para aliviar estrés, ansiedad o depresión, pero, ¿Pueden llegar los libros a saturar, cansar, en definitiva, a requerir de un descanso? Es obvio que si y al menos en mi caso, que ironía, leer puede suponer un oasis para la lectura.

Terry Pratchett siempre ha sido para mi ese área de descanso de parada obligatoria cada cierto tiempo, lo que creo que es razón suficiente para explicar porqué es uno de mis autores favoritos Aunque otro motivo podría ser simplemente por la existencia de libros como ¡GUARDIAS!¡GUARDIAS!

Este sexto capítulo de la saga es también el primero dedicado a un grupo de personajes concretos y, pese a que ya habíamos realizado un breve primer contacto con el capitán Vimes, el sargento Colon y el cabo Nobby Noobs de la guardia nocturna de Ankh-Morpork, no es hasta esta novela que toman el absoluto protagonismo de la trama.
Una trama por cierto nada desconocida por el lector, pero sí enfocada bajo un punto de vista inusual, algo que poco a poco fue convirtiéndose en firma indiscutible de Sir Pratchett. Pilares centrales de la fantasía se unen como manos de dedos que se entrelazan a la perfección. Dragones, magia, gente humilde destinada a convertirse en reyes, conspiraciones, temas inmortales que a su vez beben de un sinfín de influencias y referencias que no hacen sino acomodar al lector, darle un trasfondo que conoce bien, para inmediatamente contarle la "historia de siempre" pero como nunca antes se la habían imaginado, y dándole protagonismo a esas figuras que por norma general no llegan ni al papel de secundarios, sino de prescindibles elementos decorativos.

Y ahí tenemos a la guardia nocturna, caída en desgracia y nunca tomada en serio ni por ellos mismos. Figuras que en otras historias estarían destinadas a acabar ensartadas en la espada del héroe o villano de turno mientras intentan detener sus planes, y siempre sin éxito. Personajes anónimos, almas pasajeras de las que olvidarnos fácilmente que en el fondo son personas con sueños, con una infancia, posiblemente una familia que espera temerosa su regreso al acabar la jornada, gente que disfruta y sufre, con unas metas, unos miedo e ideales.

unos ideales sobre la vida que están maravillosamente representado por el trío de guardias Vimes, Nobby y Colon, reflejando el lado racional y muy comúnmente negativo de la realidad, pero también su lado irracional, fantasioso y despreocupado. Y por supuesto, ese lado que no deja de cuestionárselo todo, una balanza que equilibra a la perfección ambos pesos de la existencia. No me olvido de la aportación del nuevo recluta Zanahoria, cuya aparición supone para el grupo original una bofetada de realidad y responsabilidad. Un recordatorio lleno de músculos e inocencia que explica que se elija a opción que se elija, siempre hay unas normas que no hay que olvidar jamas.

¡GUARDIAS!¡GUARDIAS! (¿Cuando dejó de llamarse "¡GUARDIAS!, ¿GUARDIAS?"?) es una sátira plagada de momentos y frases desternillantes donde nunca falta la magia y las criaturas fantásticas, pero al mismo tiempo trata temas muy humanos, y es inevitable sentir parte del drama que el humor más que camuflar, encuadra.
Temas como el valor, la responsabilidad o el mal uso del poder que nos supera y las inevitables consecuencias son tratados aquí, y no son temas tocados al azar, sino que en su conjunto ayudan a entender un poco más la historia de Ankh-Morpork y en consecuencia de todo el disco. Vimes y sus hombres representan un reflejo de sistemas gubernamentales de la ciudad, empezamos a entender mejor los gremios, sus leyes... o al menos nos hacemos una idea de donde está el límite a la hora de quebrantarla, y no se priva de ofrecernos un retrato de lo más atípico de las clases altas y aristocráticas, dándonos una vez más una nueva lección que reitera eso de no guiarse por las apariencias.

Pero no olvidemos que esto es una novela de fantasía, una trama perfectamente construida cuyo ritmo no requiere de constantes escenas de acción para que su ritmo no decaiga, y sus personajes, tan llenos de matices  y peculiaridades no hacen sino ganar más y más cariño con cada página que pasamos, y eso que al finalizar la novela, si la comparamos con los futuros títulos que protagonizaran los hombres de Vimes, queda claro que apenas arañamos la superficie del mundo que representa cada uno de ellos.

En ocasiones absurda, en otras rebosante de ternura, ¡GUARDIAS!¡GUARDIAS! es el pistoletazo de salida de una de las mejores consideradas sagas de Mundodisco, no solo por lo divertido de su lectura, sino por el valor moral y educativo que rebosa tanto en personajes como en sus trasfondos.
Una obra imprescindible que además puede ser usada para viajar a los mundos de Terry Pratchett por primera vez sin ningún problema.

P.d. ¿De verdad soy el único que se ha dado cuenta de que la sinopsis del libro no tiene nada que ver con la trama real de la novela?



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